Al conocerte comencé a descubrir los diferentes colores que había en un mismo cielo. Descubrí que podía sentir y también, que sentís que puedes conquistar el mundo de la mano de la persona correcta. Me descubrí ideando formas de sorprenderte en tu cumpleaños; acariciar las comisuras que tienes en la boca al sonreír.
Llegaste a mi vida con una valija llena de pintura, color y sentimientos, que era bastante ligera para todo lo que contenía.
Pero cuando el momento llegó y dijiste: "Ya no puedo más", me encogí de hombros viendo la derrota inminente y separé nuestros dedos entrelazados, dejándote caminar solo, llevándote solamente esa valija.
Después de mirar cómo te ibas, descubrí que te habías llevado mi sonrisa sincera, mis ojos felices, mis caricias a tu pelo y mis ganas de escribir. Los ojos tristes no se pueden curar todavía, yo sé que la gente los nota de vez en cuando, pero qué le voy a hacer, algún día van a iluminarse de nuevo.
Pensé que te habías llevado muchas cosas a propósito, por eso a veces me enojaba con vos y tu recuerdo, con la tonta creencia de que vos querías dejarme triste, abatida.
Pero ahora sé que vos te llevaste esas cosas sin darte cuenta, porque yo misma me encargué de meter esas cosas en tu valija. Te di las sonrisas más sinceras, te di todas esas tardes con mis libros y café, te di todas mis miradas felices. Yo fui la que se concentró solo en vos, en que ambos seamos felices. Al final, quien te llenó la valija fui yo, capaz por eso te fuiste, el equipaje era muy pesado para seguir sosteniéndolo.
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En Pedazos.
Poetry""Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor", dijo Antoine de Saint-Exúpery y después de escribir esto, no puedo quitarle la razón.