Cailin
Faltan tan solo unos minutos para salir, le estoy pidiendo a todo lo posible que suene el timbre, tal vez solo que el maestro deje de explicar y mire su reloj para caer en cuenta que el tiempo se nos ha acabado, solo con el fin de dejar su aburrida explicación para otro momento, es la primera hora del día y ya quiero salir...
- Creo que un problema más sería... - Así como escuché lo anterior dejé de hacerlo, estoy pensando en ir antes a la cafetería, podría tomar una manzana junto con una botella de agua, ya que he olvidado la mía, son contadas las veces que me ha sucedido esto, mamá siempre hace hasta lo imposible por meterme agua en lugares donde creo que no debería haber en esa cantidad, en fin, presté atención al maestro (de nuevo) justo cuando escuché las gloriosas palabras.
- Una vez más dejaremos el resto para la siguiente clase, recuerden que pueden intentar resolverlo y son puntos extras - No me joda, gastó esos gloriosos minutos explicando algo que de antemano sabía que dejaría inconcluso, es un verdadero dolor de cabeza, no me malinterpreten, no es que no me agrade mi maestro; pero, él tanto como yo sabemos qué hay veces donde pongo todo mi esfuerzo y atención en su clase; sin embargo, no se me da la ecuación, así es, benditas matemáticas, ¿Tan difícil era quedarnos con lo básico? Sumas, restas, multiplicaciones, palos y bolas, debieron estar jodidamente locos al pensar en todo este tipo de problemas, con el tiempo se aprende a vivir con ello; pero, cada día que pasa y creo que lo más difícil lo vi un día anterior llega algo aún peor.
Sin esperar unos segundos fui la primera en abandonar el salón, gracias al ci... Un trueno vino acompañado por algunos gritos histéricos femeninos, eran unas exageradas, a mí tampoco me agradaba tal fenómeno, no saldría a correr como loca por el campus; pero, tampoco haría un escándalo que está de más, pobres, buscan atención. Me dirigí a la cafetería antes de perder mis minutos de tolerancia para la siguiente clase, necesitaba algo en mi estómago.
Blake
Era tarde, siempre me pasaba.
Hoy entraba a clases, mitad del semestre, es muy estúpido, lo sé, nadie hace eso, por lo general entras al principio del periodo; pero, bueno aquí estoy, camino a la Universidad. No me agradaba la idea de tener que venir a tomar las clases, es una pérdida de tiempo, ahora mismo estaría en la oficina atendiendo algunos asuntos pendientes, como: estar viendo al personal y ver que nuevas candidatas hay para pasar un rato agradable o simplemente mandando los trabajos en linea, aunque realmente de eso de encargaba Anne, algo parecido a una secretaria. Trabajaba en la empresa de la familia, aunque realmente no era de mucha ayuda en aquel lugar, creo que me tenían ahí para que no anduviera de vagabundo y buscando otro tipo de entretenimiento, de todo modos eso ya no era posible, empiezo a pensar que estar en la empresa tampoco lo sería.
Mis papás o mejor dicho, mi papá me obligó literalmente a venir para tomar las clases, ¿Es absurdo? Claro que lo es, pierdo tiempo muy valioso para mi gusto, además de tener que manejar con este clima de mierda que se ha desatado justo cuando voy entrando al estacionamiento.
Bajé del auto mientras veía a algunas persona corriendo despavoridas para resguardarse en los edificios, idiotas, no sabía que un poco de lluvia les causaba alguna reacción alérgica.
Cailin
Escuché como gritaban mi nombre, provenía de alguna mesa en la cafetería, sabía que era Madison y aquí venía lo difícil, poder encontrar esa melena rubia, conozco a mi amiga de pies a cabeza y viceversa; sin embargo, entre el alboroto que se está desatando por la tormenta mi tarea es un tanto difícil.
- Hey mami, he estado hablándote desde que empezaste a pelear con esa maquina, otra vez, necesitas relajarte - Dijo mientras me guiaba a la mesa en donde estaban los demás, esa era Madison.
- Estoy orgulloso de ti, hubiera sido una vergüenza que la máquina ganara aquella pelea - Y esa idiota es mi hermano, Alex.
- Creo que no tanta como la vez que te atrapé viendo porno - Dije tomando asiento, claramente eso era mentira; pero, aquellas risas provenientes de los que están en la mesa hace que valga la pena.
- ¡Eso es mentira! En dado caso que sea verdad no tiene nada de malo, de vez en cuando uno debe demostrarse amor a sí mismo - Decía mientras movía sus cejas de arriba a abajo y guiñaba un ojo. Idiota, una vez más, claro que todos necesitamos un poco de amor de vez en cuando; pero, no creo que sea necesario comentarlo. El tema quedó en el olvido.
Nos estábamos dirigiendo a nuestras respectivas clases, tenía inglés, podía elegir entre tantos idiomas y decidí el que hablo ¿Por qué? Fácil, ninguna persona maneja a la perfección el idioma que habla y se me hace estúpido querer aprender otro cuando desconoces mucho del tuyo. Tomé asiento y esta era de las pocas clases que compartía con Mad. Como de costumbre el asiento siguiente al mío fue ocupado por su gordo culo, ella se molestaba cuando hacía algún comentario acerca de ello.
- Mad, mueve un poco tu trasero, necesito espacio- Traté de sonar seria; pero, con esa reacción es imposible, solté una carcajada y justo en el momento que recibí un puñetazo en el brazo derecho dejé de reír, la miré seria y estallamos en carcajadas otra vez.
Fijé mi vista al frente y justo la puerta de abrió mostrando a un chico que no había visto en esta clase, jeans, chaqueta, cuerpo un poco musculoso, buen perfil, pasó al lado de Mad y sé sentó detrás de mí, venía un poco empapado y supuse que era culpa del tormento que había afuera, tener mi auto hace la vida más fácil, ahora necesito un chofer que me encamine con un paraguas de la entrada del instituto a mi auto...
- Buenos días, soy Hunter Wilson, maestro suplente sin fecha definida - Mis pensamientos fueron interrumpidos por aquel discurso breve y con autoridad, no estaba mal el suplente; pero, no es mi tipo. ¿Hoy era el día en que chicos guapos entraban a mi curso? Un maestro, check. Un alumno, check. ¿Qué sigue? Uno más, vamos. Eso no estaría nada mal- Necesito que cada uno se presente, se ponen de pie, dicen su nombre y el que sigue, con agilidad y movilidad...
Blake
¿Hablaba en serio? No tenemos 5 años, no creo necesario todo este espectáculo, además ¿Quién se cree? Es suplente y llegó con mucha autoridad, me cae mal, desde que lo vi entrar supuse que era un idiota, estoy siendo un poco doble moral; pero, no me importa, cada uno estaba haciendo lo que fue dicho, era el turno de las chicas delante de mí.
- Mi nombre es Madison Smith y tengo 20 años - Tomó asiento y fui testigo de la mirada que el profesor le otorgó, si tuviera la misma vista que yo sería muy diferente aquella mirada, esa parte anormal bajó su espalda lo dejaría traumado.
- Soy Cailin Clark - la chica así como se paró volvió a su lugar, indiferente y ahí estaba esa mirada del profesor imbecil.
- Soy Blake Hughes - Todas las miradas estaban posadas en mí, creo que era por permanecer sentado o simplemente por ser nuevo, Cailin me miraba y cuando hice contacto visual con ella hubo una pequeña guerra de miradas que me vi obligado a perder cuando el imbecil dijo mi nombre.
¿Blake cierto?- Asentí- ¿Podrías repetir lo anterior? De pie- Lo miré unos segundos, no lo haría, tampoco recibiría respuesta de mi parte.
- Es un poco tímido - Dijo Cailin viendo al profesor, el nos miraba y trataba de reprimir mi sonrisa, ¿Tímido? Por favor; pero, al parecer eso funcionaría para que el imbecil pase al siguiente y así fue.
.
Espero les guste.
ESTÁS LEYENDO
El amor de mi vida
Novela JuvenilSiendo sincera no tengo absolutamente ni idea de lo que escribiré, probablemente hay una semilla que necesita ser plantada, regada, cuidada con amor, para poder ir creciendo y demostrar que vida puede dar ella, puedes crearte una idea de lo que te d...