Capítulo 3

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Cailin

Es jueves y de nuevo me encuentro en clase de matemáticas, la clase ha pasado a segundo plano desde que el pensamiento de la ausencia de ¿Blake? Se instaló en mi cabeza, ya no ha venido a clases, probablemente se equivocó de curso ¿no? es un poco raro que le esté dando vueltas en mi cabeza; pero, vamos, se veía atractivo y ese "Gracias" me hizo querer más, ¿Más de qué? No lo sé; pero, más.

La puerta se abrió.

- ¿Puedo pasar? - Idiota.

- Que sea la ultima vez -Dijo el maestro sin voltearse, ojalá yo corriera con esa suerte cada que llego tarde.

Me le quedé viendo mientras alzaba una ceja.

- ¿Qué? No puedo llegar a tiempo a todos lados - Dijo Mad tomando asiento a mí lado como ya es costumbre. DOBLE MORAL.

- Ya no sé si hay más doble moral que culo en tu sistema.

- Estúpida envidiosa - Reprimí la carcajada.

- Tranquila cariño, puedes operarte y ponerte unos cuantos gramos arriba - Me miró y sé que estaba pensando que decirme, ¿No les ha pasado? Vas ganando alguna discusión/debate/pelea y se te quedan viendo fijamente pensando en su siguiente ataque, es patético; pero, como es Mad, pasaré por alto esto y he aquí la ganadora del día de hoy.

- Estaba pensando que tal vez podríamos pasar el fin de semana juntas, ya sabes, tú casa o la mía, como siempre - Se podría decir que esa era nuestra "tradición". Cada que queríamos y podíamos nos quedábamos en casa de la otra, desde el viernes en la noche hasta el lunes, veníamos juntas al instituto y de regreso cada quién se iba a su casa.

- Estaba pensando lo mismo, mamá ya hizo 2 veces "la comida" y no quiero más por esta semana - Así le llamábamos al espagueti a la boloñesa.

- ¿Hablas en serio? Creo que cada vez se vuelve más constante, ¿Haz pensado en vender lo que hace? Digo, puedes sacar dinero, un extra. - Estúpida le queda corto.

- Mad vamos, eso es una locura, dudo que otra persona pueda comer lo mismo durante tanto tiempo, si no está en una situación como yo. El olor hace que pierda el apetito.

- Prometo que en tu lápida pondré "Muerte - espagueti a la boloñesa" para que se vaya contigo y acabe la tortura - Decía mientras reía.

Blake

Estoy en un club un poco atascado ( por no decir mucho) de personas, no hay nada que me inquiete, llame la atención y al parecer yo tampoco causo ningún efecto en las mujeres hoy, ya que ninguna se me ha acercado, empiezo a pensar que me hicieron algún tipo de brujería ¿Será truco de las gemelas? Desde que salimos con ellas no han dejado de estar insistiendo para repetirlo; pero, siendo sincero, no lo disfruté, es como tener una muñeca inflable ¿Saben cuáles? Bueno, así de tiesa era aquella gemela, que horror.

Cailin 

Perdí a Mad, como siempre, no la encuentro por ningún lado, quedamos en venir cada cierto tiempo a nuestra mesa para saber que todo marcha bien y ella no cumplió con eso, que raro. Alex se me perdió, no sé dónde está o con quién, los demás chicos van y vienen.

- Deja de preocuparte - Dijeron a gritos en mi oído.

- Michael ¿Saben dónde está Alex? ¿Mad? - Salimos con nuestro grupo de amigos y todos siguen aquí a excepción de los 2 anteriores.

- No tengo ni idea - Reía como si le hubieran contado el mejor chiste de su vida - Pero, no creo que los vayan a violar, a menos que ellos quieran - Borracho. ¿Violar a menos que ellos quieran? No sería una violación.
Papá, gracias. Él tiene un aguante increíble sobre el alcohol y para suerte de Alex y mía, nos pasa lo mismo, ¿Se puede considerar herencia? No estoy segura; pero, si es así que bueno, eso de solo heredar enfermedades y mierdas no está cool.

- ¡Deja de moverte!

- Deja de gritar...

- ¡Muévete!

- ¿Quién jodidos te entiende? - La maldita amargada gritona es Mad, nos han despertado temprano y a eso se le agrega un poco de resaca , es la muerte, está insoportable y yo no puedo con el dolor de cabeza - Mad, estoy pensando en decirle a tu mamá que perdiste la virginidad a los 15.

- Loca - Bajó del auto, íbamos a comprar unas cosas para la cena que están organizando los papás de Mad, no tenía ni idea de eso y al parecer Mad tampoco, su familia me agrada; pero, como no se me quite este dolor de cabeza no soportaré a ninguno. Estamos en una farmacia ya que a la grandiosa de mi amiga se le ocurrió decir que se sentía mal y no sé qué tantos dramas hizo, ella no quiere aceptar que no tiene 18 y la resaca ya es su nueva amiga.

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora