¿Esteban o ____ ? (Willyrex y tu)

Capitulo 12-Por lo gays que parecemos.

Narra ____

Rubius estaba en la entrada con una sonrisa enorme en su cara que se me contagió en cuanto la miré,

—Rubiuuuuuuus—Grité y sin pensarlo dos veces lo abracé entusiasmada.

—Hola chicos—Abrazó a cada uno con el típico abrazo de machos.—¿cómo están?

—Súper bien, pero ¿no se suponía que llegaban hasta al Viernes?—Pregunté.

—Nop, llegamos ayer pero quería venir a sorprenderlos. Mangel está cansado así que se quedó en el hotel, pero yo ya no aguanté más.—Su sonrisa se amplió aún más.—¿qué están haciendo?

—Cierto, seguimos parados afuera.—Dije al darme cuenta que aún platicábamos en la puerta.—Estamos viendo hora de aventura.

—Ah, cámbiale.—Pidió dignamente.

—¿Ves? Ahora son dos contra uno.—Willy sonrió victorioso.

—Nop, de hecho son dos contra dos.—Me senté junto a Vegetta.

—Mejor hay que hacer otra cosa, estoy aquí en Los Ángeles y mis planes no son quedarme a ver una caricatura.—Comentó Rubius con una mueca.

—Y si...—Comencé pero fui interrumpida por el castaño.

—¿Salimos de bitches?—Continuo con mi oración.—Me gusta la idea.—Sonrío convencido y miro a los demás.

—Estoy de acuerdo.—Contestó Guille con una sonrisa.

—Yo voto por eso.—Dijo Samuel.

—Pues ¿nos vamos como a las 10?—Pregunté.

—Ay, pero todavía queda bastante tiempo, son apenas las 2.—Rubius se quejó.

—Pues deberías dormir mientras, o no vas a aguantar en la noche.—Contesté.

—Hmm, tienes razón. ¿Pero dónde me duermo?

—Eh, pues en mi cuarto. Es el que está al final del pasillo a la izquierda.—Dije, ya que seguramente yo no iría a dormir en lo que restaba del día.

—Gracias Estebis—Sonrío y se dirigió a mi habitación.

Mientras tanto Willy, Vegetta y yo continuábamos viendo Hora de aventura, apenas hablando acerca de los personajes y explicándole la historia a Willy. Hasta que sonó el timbre de mi celular, era Frank (Staxx, nunca supe cómo se escribía realmente su nombre, perdón jeje) al verlo, contesté sin pensar mucho que aún estaba sentada con los chicos.

—Necesito preguntarte algo.—Dijo aún sin saludar por lo que deduje que sería algo importante.

—Te escucho.

—¿Es verdad?—Preguntó en voz baja como si alguien lo pudiera escuchar.

—¿Qué?—Pregunté aún sin saber a qué se refería.

—¿Eres una chica?—Susurró.

—!¿QUÉ?!—Me levanté del sillón.