¿Akane tiene un nuevo prometido?

Te Volvería a Mirar

Akane miró fijamente a los ojos azules de su prometido, por un momento se perdió en ellos, se sentía feliz de verlo ahí, tenía mucho miedo desde que había caído inconsciente en su habitación, durante el tiempo que permaneció dormida había tenido horribles pesadillas pero en todas ellas Ranma siempre iba a rescatarla. Sus miradas siguieron cruzándose por unos segundos más, ambos ya se encontraban completamente ruborizados, no sólo por el hecho de mirarse fijamente sino también porque se encontraban muy cerca el uno del otro, tanto que podían sentir sus respiraciones, cualquier que viera esa escena diría que estaban a punto de besarse. Finalmente fue Akane quien rompió la tensión del momento.

-Ranma... -dijo la peliazul con pequeñas lágrimas brotando por sus ojos –me alegra verte, tuve mucho miedo– concluyó mientras se abalanzaba sobre él rodeando el cuello con sus brazos.

-Akane... ¿estás bien? –preguntó Ranma un poco conmocionado por la situación pero recibiendo con gusto el abrazo que su prometida le brindaba.

-Sí, ahora que estás aquí ya estoy bien –contestó la joven aún sin soltar a su prometido.

Ryunosuki contemplaba el espectáculo con cara de decepción, había perdido la oportunidad de que Akane fuera su esposa, todo por culpa de Ranma, estaba realmente furioso, tanto que de su cuerpo salía una gran aura de combate.

-¡¡Ranma Saotome, ven a pelear ahora!! –gritó Ryunosuki mientras se abalanzaba contra Ranma quien con agilidad esquivó el golpe y colocó a su prometida en un lugar seguro.

-Espera aquí Akane, tengo que terminar de una vez por todas con este asunto– le dijo Ranma a su prometida.

-Ranma... ten cuidado– contestó Akane acariciando suavemente la mejilla del chico.

-Ahora si Ryunosuki ¡Voy a derrotarte, prepárate...!– gritó Ranma mientras lanzaba un golpe con todas sus fuerzas.

Ambos jóvenes reanudaron su batalla, lanzaban golpes y los esquivaban con agilidad. Akane presenciaba todo, la verdad era que los dos eran muy fuertes, así que la victoria de Ranma no podía asegurarse.

-Me las pagarás Saotome, por robarme el amor de Akane Tendo –dijo Ryunosuki mientras lanzaba una patada a Ranma.

-¡Ja! ¿de qué estás hablando? Tú jamás has tenido el amor de Akane– contestó Ranma mientras esquivaba la patada de su adversario –Acaso... ¿no te ha quedado claro que Akane es mi prometida?– dijo el joven acertando un puñetazo en el estómago de Ryunosuki –Te lo tienes bien merecido –concluyó.

Ryunosuki se encorvó por el dolor del golpe que había recibido, pero estaba demasiado enojado y decidido a ganar como para que eso lo detuviera, se incorporó lo más rápido que pudo tomando a Ranma por sorpresa y respondiendo con un golpe directo a su mejilla.

-¡Ranma!– gritó Akane muy preocupada por su prometido.

El chico de la trenza quedó un poco aturdido por el golpe que acababa de recibir, pero al igual que su adversario, no estaba dispuesto a rendirse tan fácil.

-¡Truco de las castañas calientes!– gritó Ranma lanzando puñetazos, pero nuevamente Ryunosuki logró evadir cada uno de sus golpes.

-Necesitarás más que eso para derrotarme Saotome– aseguró Ryunosuki mientras volvía a atacar a Ranma dándole numerosas patadas directo en el estómago, lo que hizo que el joven saliera volando cayendo en los pies de Akane.

-¡Ranma! ¿estás bien? –dijo con angustia la joven –por favor Ryunosuki detente, no lastimes a Ranma–suplicó la pequeña Tendo con lágrimas en los ojos.

-No te entrometas en una pelea de hombres Akane, ¿acaso no tienes fe en mí?– contestó el chico de la trenza mirando fijamente a su prometida.

-Yo... claro que tengo fe en ti, sólo estaba preocupada, no quiero que te lastimen– respondió la peliazul sonrojándose levemente.