Mejores Amigos

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Jade

Todos alguna vez hemos conocido a alguien que llega a nuestra vida a complementarla, aquella que sin darte cuenta se convierte en tu otra mitad, con la que compartes momentos inalcanzables e incluso el mismo nivel de retraso mental en algunos casos según algunas personas.

Lo divertido siempre parte desde la primera vez en que tú y esa persona conectan al inicio, esta es la historia de como Harry Styles se convirtió en mi mejor amigo.

Todo comenzó un agradable día de Mayo, el cielo estaba despejado y el sol en su máximo punto, las hojas de los árboles verdes al igual que el césped de mi nuevo hogar.

Yo no estaba feliz de mudarme, me gustaba mi casa en South Shields pero al parecer mis padres no estaban felices ahí, es por eso que llegamos a Holmes Chapel.

Mis padres y mi hermano mayor Karl estaba satisfechos con la mudanza, en cambio yo estaba devastada pues mi sueño de ser como Ariel se fue por la borda al ser apartada de la playa.

Fue entonces cuando lo conocí, yo estaba sentada en el porche de mi nuevo hogar sosteniendo fuertemente a Minnie contra mi pecho.

—Hola –digo él con su ceño fruncido. Me parecía extraño que un niño se acercara hablarme, en mi antigua escuela nadie se acercaba a hablar conmigo salvo por Corina, la única niña que me agradaba de la escuela—. Soy Harry –me tendió su mano sucia y yo solo me quedé viéndole también con el ceño fruncido—. ¿Eres muda o algo así?

—No –respondí a la defensiva.

—¿Entonces por qué no saludas? –parecía ofendido con mi respuesta—. Mamá dice que siempre debes saludar y así mostrarás tu educación.

—Tu mano está sucia –aparté la mirada de él y de un momento a otro salió corriendo, me di el tiempo de seguirlo con la mirada y noté que entró en la casa de al lado, demoró unos minutos en salir y volvió frente a mí.

—Hola, soy Harry –reiteró.

—Eso ya lo dijiste –volví a fruncir el ceño y él volvió a tenderme su mano la cual estaba limpia esta vez.

—¿Cuál es tu nombre? –preguntó ya cansado y se sientó junto a mí, mis padres ni Karl parecían interesados y eso me molestaba un poco.

—Soy Jade –respondo ya cansada.

—¿Cuántos años tienes? –preguntó tomando una de las orejas de Minnie, gesto que me pareció inaceptable y decidí apartarla de él.

—Nueve.

—Yo tengo ocho –dijo justo antes de que apareciera una pareja desde su casa y una niña, quienes resultaron ser sus padres y su hermana mayor Gemma.

Desde aquel momento todo fue extraño, al principio no me agradaba Harry y pasó mucho tiempo antes de que lo hiciera.

—Feliz cumpleaños, Jade –gritó desde su ventana, la cual estaba frente a la mía el día de mi cumpleaños número once.

—Gracias –respondí antes de cerrar la persiana.

Él me parecía molesto, éramos compañeros de clase y todas las niñas parecían gustar de él, yo nunca entendí que era lo que les gustaba, Harry siempre soltaba flatulencias y dormía en clases, no había mucho atractivo en eso.

Un día 1 de febrero, el día en que Harry por fin cumplió once años todo se oscureció para él, recuerdo que lo vi salir de su casa corriendo y treparse en el árbol detrás de él, yo no sabía que pasaba y la curiosidad me llevó a averiguarlo, me metí en su patio y trepé el mismo árbol para encontrarlo llorando.

—¿Qué quieres? –preguntó enojado.

—Quería saber si estabas bien –me acomodé junto a él en la misma rama.

—Sí, estoy bien.

—¿Por qué lloras? –pregunté luego y él solo bajo la mirada, estaba devastado pies sus padres estaba divorciándose y lo supo de casualidad el día de su cumpleaños.

—Lo siento, Harry –me apoyé en su hombro y enganché mi brazo al suyo. Esa fue la primera vez en que establecimos algún tipo de contacto.

Desde aquel día todo cambió, él dejó de soltar flatulencias y dormir en clases, se encargó de decirle a todo el mundo que éramos amigos y que nadie debía atreverse siquiera a hacerme daño.

Los años fueron pasando y nuestra relación se fue fortaleciendo, él estuvo conmigo en muchos momentos difíciles de la misma forma en que yo estuve para él. Esa era nuestra relación, ser el apoyo y fortaleza que él otro necesitaba.

Al momento de llegar a secundaria estábamos preocupados, creíamos que nos distanciaríamos pero en lugar de eso solo nos unimos más o eso creía yo al menos.

—¡Jade! –grita como de costumbre desde su ventana y rápidamente salto de la cama para abrir la persiana y verle—. ¡Es hora de ir a la escuela!

—¡Ya lo sé! –me tallo los ojos.

—¡Será que mejor que te apresures o me iré a la escuela sin ti!

—¡No te atreverías! –digo antes de bajar la persiana una vez más y me apresuro para ir al baño.

Me di una ducha rápida y me sequé rápidamente el cabello para luego plancharlo, busqué un vestido con con flores y lo combine con unas converse blancas básicas, busqué mi mochila y me preocupé de verme decente antes de bajar por mi desayuno.

—Buen día, mamá –saludo al entrar en la cocina y me encuentro con esta vacía, no está papá, mamá, ni siquiera Karl—. Creo que desayunaré sola otra vez.

—Olvídalo –Harry me sorprende al entrar por la puerta de la cocina—. Traje cereales y tostadas.

—¿Solo otra vez? –pregunto divertida buscando leche en el refrigerador.

—Como de costumbre –se sienta de un lado del mesón y termina de abotonar su camisa—. Es increíble que sea el último año de escuela.

—Ya lo sé –suspiro sorprendida al no haber sido capaz de liberarme de mi virginidad.

Por algún motivo para mí es extraño ser la única chica virgen de mi grupo de amigos, ni siquiera Harry es virgen y eso me resulta un poco embarazoso.

—¿Ya sabes a qué universidad quieres ir? –dejo dos tazones sobre el mesón de la cocina, seguido de la leche y mermelada para las tostadas.

—No –dice desinteresado—. Ya habrá tiempo para eso.

Deberías empezar a considerarlo, es una decisión importante.

—Tengo otros planes, Jade –comienza a comer si cereal.

—Como quieras –me encojo de hombros e imito su acción, luego de eso solo conversamos de cosas sin sentido hasta que llega la hora de irnos a la escuela.

—¡Corre, Jade! –grita el rizado desde el sofá y bajo corriendo la escalera para tirar de él hacia la salida, todos los años es lo mismo.

Al llegar a la escuela siempre siento un poco de pánico, todas las chicas aquí parecen odiarme a causa de Harry. Si tan solo supieran que jamás estaría con él, me dejarían de lado.

—Creo que me iré –comento poniéndome bien la mochila.

—¿Por qué? –pregunta frunciendo el ceño y caminando bajo la atenta mirada de todos.

—Quiero ver a Pezz –invento una excusa—. Te veo a la hora de almuerzo –me paro de puntitas para besar su mejillas antes de salir en busca de mi amiga.

•••

He aquí el primer capítulo de esta HISTORIA CORTA DE JARRY. Espero que haya sido de su agrado y quiero partir anunciando que en dos días comienzo la universidad, lo que me tendrá muy ocupada, por lo tanto habrán ACTUALIZACIONES LENTAS de esta historia. Espero que puedan ser pacientes.

Voten, comenten y difundan.

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