Soy Virgen.

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Jade

Esta semana ha sido extraña por diferentes motivos, entre ellos el hecho de que Perrie no fue capaz de mirar ni acercarse a Louis aún cuando gritó al recibir aquellos mensajes el fin de semana, lo que trajo como consecuencia que tampoco pudiera pasar mucho tiempo con Harry pues...Louis siempre está con Harry y ella simplemente no dejo que nos acercaremos a ellos, incluso me obligó a tomar otra ubicación en el salón.

Hoy por fin se han acabado las clases y no logré concentrarme ni un poquito, por algún motivo mi mejor amigo no vino hoy a clases, esperaba que solo estuviera por ahí teniendo sexo con alguna desgraciada que no soy yo, para ser sincera no lo esperaba pero sí me hubiese gustado verlo hoy o que al menos me enviara un texto, pero eso no sucedió.

Tampoco pude preguntarle a Louis por él, pues él estuvo entrenando todo él día y Perrie no quería que nos acercaremos, así que tuve que resignarme.

—Ya me voy –dice mi amiga apenada.

—Ánimo, Pezz –le doy una sonrisa—. Tal vez esa cena no sea tan aburrida.

—Eso espero –suspira y me sonríe de vuelta antes de besar mi mejilla en despedida—. Te quiero.

—Y yo a ti –ella voltea sobre sus talones e inicia su camino hacia la salida topándose con Tommo, ninguno dice nada y se quedan un momento mirándose el uno al otro antes de que Perrie retome su camino con la mirada en el piso y Louis voltee a verla un momento antes de caminar en dirección a mí.

—Hola, Jade –saluda y me da una sonrisa algo extraña.

—Hola –me acomodo la mochila.

—¿Qué pasó con Harry? –pregunta y me sorprendo un poco.

—Es lo que yo iba a preguntarte, creí que podría haberte dicho algo –él frunce el ceño y mira su teléfono.

—Ni siquiera tengo un mensaje.

—Somos dos –me encojo de hombros—. Será mejor que vuelva a casa y pasaré por la suya para averiguar qué sucede.

—Bien, dile que me envíe un mensaje.

—Se lo diré –le sonrío antes de emprender mi camino hacia mi casa, me pregunto una y otra vez los motivos que pude tener para faltar, nada parece venir a mi mente—. ¿Dónde estás ahora?

Mientras paso frente a la plazuela cerca de mi casa escucho un silbido, uno muy familiar y un flashback ataca a mi memoria.

—Me gustas, Jade –es el primero que viene y me quedo en mi lugar un momento.

Eres lo mejor que me ha pasado, pequeña –el segundo recuerdo se hace presente y cierro mis ojos.

Esto no es lo que yo quiero, ya...no te quiero –el último me provoca contracciones en el estómago y una extraña sensación en el corazón, abro mis ojos y volteo a ver hacia donde proviene el sonido.

Había pasado tiempo sin verlo y simplemente él se ve igual, con un poco más de edad pero igual al fin y al cabo.

Antes de hacer una locura o comenzar a llorar, decido apresurar el paso hasta que logro llegar a casa, mis padres no están por lo que paso directo hacia mi cuarto, dejo caer mi mochila junto a mi cama y me detengo frente al tocado un momento para mirarme en espejo.

No creí que verle otra vez sería tan duro, es decir, no es fácil superar a tu primer amor.

Continúo frente al espejo y mediante el reflejo me doy cuenta que la persiana de Harry está abajo.

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