La Gran Noche.

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Harry

Todos dicen que es mala idea, yo también lo creo pero no puedo aguantarlo más.

Ella es todo lo que quiero y aunque he buscado la forma de sacarla de mi mente simplemente no puedo.

Desearía que ella sintiera lo que yo siento y he sentido por ella todo este tiempo, pero ella solo me ve como su amigo. Aquel desgraciado que se mete en las bragas de la primera chica que le da una oportunidad, sin saber que todo lo que quiero es que ella me abrace y me diga que siente lo mismo.

—¿Vas a quedarte ahí por siempre? –su voz me devuelve a la realidad y me quedo mudo frente a la imagen suya en ropa interior—. Por favor, Harry –parece fastidiada—. Terminemos rápido con esto ¿Quieres?

Bien –respondo levantándome del borde de la cama y me quito la camisa para ser analizado por su mirada—. Solo espero que no quedes pidiendo por más.

Ya cállate –dice y antes de que continúe con su discurso me acerco a ella para besarla y acariciar su piel desnuda.

Prometo que no te arrepentirás –dice acercándose a besarme, mi corazón se acelera en sobremanera y comienzo a sudar conforme sus labios se acercan a los mismo.

No debería sentirme así, pero estoy demasiado nervioso y ansioso por esto, al fin está pasando. Ella será mía o estoy seguro que luego de eso, simplemente estaré perdido.

Es tanta la inquietud que siento que termino por abrir los ojos y me siento de golpe sobre la cama, Jade no está.

—Fue un sueño –me digo a mí mismo y siento aquella maldita presión entre mis piernas.

Una vez más estoy duro de solo pensar en Jade.

—Maldita sea –me destapo de mala gana para ir directo al baño y comenzar con mi ritual últimamente.

¿Cómo es posible que tenga exactamente el mismo sueño todas las noches y que termine siempre en lo mismo? Es decir, yo masturbándome pensando en lo genial que ha de ser entrar una y otra vez en Jade, en lo bien que ha de sentirse escucharla gemir y pedir por más.

Soy un ser despreciable.

Cuando logro venirme, lavo mis manos y luego me lavo la cara con agua fría para bajar un poco la temperatura de mi cuerpo.

Estoy tan malditamente excitado y obsesionado con Jade, que en todo contexto de la vida me imagino cogiéndola.

El otro día estábamos en clase de filosofía en la biblioteca y nos imaginé cogiendo sobre la mesa de esta a vista de todo el mundo, me sentí terrible luego por ello pero ella provoca esas cosas en mí.

Pero ya no lo aguanto y esto no se trata de algo solo físico, quiero que ella sepa que me gusta, que la quiero y que sólo quiero demostrarle mi amor en todos los ámbitos posibles, incluso en el sexo.

Vuelvo a mi cuarto y veo el reloj, son las 4 de la mañana, debería dormir pues tengo un partido importante del que depende mi futuro y no quiero echar a perder eso.

...

El partido acabó y todo salió mejor de lo que esperé, ya terminé de quitarme el sudor del cuerpo y la verdad es que me siento increíble bien, a pesar de que fue un partido difícil al principio pues no podía dejar de pensar en Scott y Jade abrazados, luego de que ella se acercara solo para decirme que sin importar nada siempre sería el mejor para ella, debía demostrarle que lo era y que no iba a decepcionarla.

—Fue un partido increíble –dice Louis mientras comienza a ponerse sus jeans.

—Lo fue –termino de asegurar mi cinturón y no puedo evitar sonreír.

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