♦ Capítulo 3 - Necio ♦

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— ¿Cuándo llegará Altair? —preguntó Leonardo emocionado mientras caminaban hacia la entrada de Florencia—. ¿Ezio?

— Mira —señaló Ezio a lo lejos—. Ese debe ser Altaïr, se ve bastante perdido y por su atuendo, debe ser él. —dio un suspiro largo—. Mejor apresurarnos.

Leonardo, casi corriendo se acercó Altaïr, mientras que Ezio, a paso tranquilo llegó donde estaban ambos.

— ¿Altaïr? -—preguntó Leonardo sin borrar la sonrisa de su cara.

— ¿Quién eres? —habló sin levantar mucho la vista.

— Yo soy Leonardo Da Vinci, un gusto.

— Altaïr Ibn-La'Ahad, el gusto es mío. —hizo una pequeña reverencia y vió a Ezio detrás del artista— ¿Necio? —se acercó a él mirándolo de arriba a abajo.

— Ehmm... Soy Auditore, EZIO. —dijo resaltando su nombre—. No Necio.

— Vaya pena, Al-mualim me ha dicho Necio. —sacó un pequeño papel de su atuendo que decía "Necio Auditore" y se lo mostró a Ezio—. Así que para mí serás Necio

— No me llamo Necio. —se cruzó de brazos.

Leonardo por su parte reía divertido mirando aquella escena.

— Calma Ezio — lo abrazó por los hombros—. con el paso del tiempo te dirá por tu nombre, tal vez.

— Ajá. Vamos Altaïr, te mostraré un poco Florencia y te explicaré todo. —Hizo una pausa—. ¿Vienes Leo?

En eso, llega Agniolo, el ayudante de Leonardo, algo agitado por la corrida.

— Por fin lo encuentro señor Leonardo —hizo una pausa— Tenemos unos problemitas en el taller y... Necesitamos que venga.

— Oh, bien. —se dirigió a Ezio— lo siento tanto amigo mío. Debo irme —se despidió gentilmente de ambos asesinos y rápidamente se retiró con Agniolo.

— Vale, Altaïr. Estamos solos... —miró de reojo al de menor estatura y comenzó a caminar —Te mostraré un poco Florencia.

[...]

—Mira, ese... Es el palazzo Auditore, allí viví la mayor parte de mí vida, hasta qué... Bueno. —tomó aire.

—Lo siento mucho, Necio. —observó detalladamente el ahora palacio Auditore casi en ruinas.

—Ya no importa—masculló y siguió caminando.

[...]

Luego de una larga caminata por toda Firenze ambos asesinos se dirigieron a la posada donde se encontraba instalado por ahora Auditore.

—Necio —llamó su atención— Aparte de Rodrigo Borgia, sus hijos son aún más peligrosos, Cesare y Lucrezia Borgia. ¿No es así? —se cruzó de brazos esperando una respuesta.

—Estás en lo correcto, Altaïr —tomó aire— Son aún más peligrosos que el propio Rodrigo.

—Será un reto —susurró— Necio, necesito dormir.

—Primero, soy Ezio. Segundo, tu habitación está allí a la izquierda.

—Adiós —giró sobre sus talones en dirección hacía ahora su habitación.

—Altaïr —llamó su atención. Y éste miró sobre sus hombros sin voltear a ver al de mayor estatura—. Descansa —sonrió.

—Igual.

Altaïr, sin decir más, fue directo a su habitación. Mientras que Ezio, algo nervioso por tener a otro asesino en casa, dió algunas vueltas por la posada para después dirigirse a su habitación.

•Estorbo• | Altaïr x Ezio | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora