CAPITULO 11

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Él iba seduciéndome con cada caricia, cada beso y cada mirada me hizo sentirme inmensamente feliz; mi respiración era cada vez más agitada como si hubiese corrido una maratón, me giró acostándome en la cama, sabiendo lo que sucedería me puse muy nerviosa, sudaba y no podía controlar mi respiración; cuando lo sentí sobre mí. En ese momento escuche que me llamaba con insistencia.

_Vania, Vania vamos ¡despierta! – al ver que abrí los ojos pero aun adormilada y algo confundida me dijo:

-¿Te encuentras bien?

-Sí respondí apenas en un susurro

Escuché tu respiración muy agitada pensé que te sentías mal de nuevo y que quizás no podías despertar.

-Estoy bien solo tuve una pesadilla, creo que iré por agua a la cocina- dije levantandome de la cama

- Te acompaño

- No, quédate aquí, no tardo

- déjame acompañarte, ¿Segura que te encentras bien?

- No tardo, estoy bien- le respondí sin voltear a verlo y salí lo más rápido que pude al cerrar la puerta tras de mí me recargue sobre la pared y comencé a recordar todo lo que había soñado, ¿Qué pensaría Max si supiera lo que he soñado?, que vergüenza. Me dirigí a la cocina por el vaso de agua tome un vaso abrí el refrigerador y me serví cuando  cerré la puerta y giré para dirigirme a la habitación Max estaba frente a mí me dio tal susto que solté el vaso y este se hizo pedazos al estrellarse contra el suelo y yo di un fuerte grito de terror y a la vez di un paso al frente y un pedazo de vidrio se me encajo en el pie ahí me di cuenta que había bajado descalza. Max me tomo de la cintura y me subió a la encimera para avisarme el pie; no era una herida muy grande ni tampoco muy profunda para mi buena suerte, pero a mí la sangre me ponía muy nerviosa

- ¡Que susto me has dado! Veo que se te está haciendo costumbre asustarme.

- Lo siento, en verdad no quería hacerlo, pero al ver que demorabas en regresar decidí venir a buscarte.

Max buscó un botiquín para curarme y lo hizo muy bien. Cando terminó de colocarme una gasa en la herida dijo:

-Es hora de volver a la habitación – Yo solo asentí y me disponía a bajarme para comenzar a caminar cuando él dijo:

-Pero que crees que estás haciendo.

_ Voy a bajarme para irnos a la habitación.

_Por supuesto que no, yo voy a llevarte cargando, no quiero que te lastimes.

_Yo puedo caminar, lo haré con cuidado- el no respondió me tomo en sus brazos y me llevó a la habitación.

Al día siguiente desperté y Max ya no estaba me bañe y arregle, baje a desayunar, desde las escaleras comencé a oler algo rico y fui directamente a la cocina, no podía hacerlo muy rápido pues me dolía un poco el pie, Helena preparaba el desayuno

-Buenos días Helena

-Buenos días Señorita, descanso bien

- Si muy bien, sabe soy muy dormilona, con mucha facilidad me quedo dormida, así es que si algún día me quedo dormida viendo tele no se asombre;

Helena solo me miró y sonrió.

- Me dijo el joven Max que se lastimo un pie anoche y que estuviera pendiente por si necesitaba algo.

- Gracias Helena ¿Hace mucho que se fue Max? – Le pregunté

- Si, a las 7:00 él siempre se va temprano al trabajo

Esperando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora