CAPITULO 19

1.5K 95 17
                                    

Así continuamos no sé por cuanto tiempo pero me pareció estar por un momento en el paraíso; Max continuo besándome mientras deslizaba los tirantes de mi sostén, cada vez se apoderaba de mis labios con más intensidad que por momentos sentía que me faltaba el aire. Pero de repente algo pasó se separó de forma brusca de mí y me dijo:

-Esto no está bien, yo no debo aprovecharme de la situación.

A lo que yo le respondí

-Claro que no te estas aprovechando yo también lo deseo- entonces me respondió

- Pero no así, esto no debe pasar entre nosotros - y salió precipitadamente del baño

Dejándome muy confundida, no tardó mucho en volver me envolvió en una toalla y me sacó del baño me colocó sobre la cama donde ya estaba mi pijama para que me cambiara, él regresó al baño; yo comencé a cambiarme me sentí rechazada y eso me estrujó el corazón. Max tardó unos cuarenta minutos en salir del baño y cuando por fin salió fingí estar dormida estaba acostada de espaldas a él sentí cuando se recostó en la cama tardó para quedarse dormido, no encontraba una posición cómoda pues se movía para un lado y el otro, cuando por fin se quedó quieto esperé a escuchar que estuviera dormido, yo no podía conciliar el sueño con dos tazas de café cargas y sin azúcar un baño de agua fría y lo peor de todo sintiéndome rechazada no podía pensar en dormir ; me levanté sigilosamente y fui al vestidor por una muda de ropa y salí de la habitación pues no podía estar en el mismo lugar en que él se encontraba, no confiaba en mi misma que tal y era tan tonta de humillarme más de lo que ya me sentía y para evitar cualquier tentación abandoné la habitación, no sabía hacia donde ir si me iba a otra habitación las únicas que estaban disponibles eran las que estaban a lado de la habitación de Papá Renato y Emma y me podrían ver la otra estaba a un lado de mis padres entonces decidí pedirle acilo a Iñaqui en la suya toqué la puerta muy despacio para no hacer tanto ruido, él tardo un poco en contestar hasta que por fin abrió la puerta; al verme se sorprendió y dijo:

-Preciosa ¿Qué haces aquí? ¿Pasa algo? –dijo adormilado pero a la vez sorprendido de verme parada frente a su puerta.

-Necesito que me permitas quedarme aquí, por favor –dije suplicante cuando unas lagrimas ya acudían a mojar mis mejillas.

-Claro pasa- al cerrar la puerta dijo -¿Qué sucedió pensé que todo estaba bien?

-Claro que no- contesté –desde hace varios meses que mi vida es un total desastre, pero por favor no me preguntes que sucedió ahora porque no quiero hablar de eso; ¿te puedo pedir un favor?

-Claro que sí, tú sabes que conmigo cuentas para lo que sea

-Abrázame, abrázame muy fuerte

Él me tomó en sus brazos dándome un fuerte abrazo y yo comencé a llorar con profunda tristeza así pasamos no sé cuánto tiempo, hasta que por fin Iñaqui dijo:

- debes descansar ya mañana será otro día, veras las cosas con más calma y estarás más tranquila para poder tomar decisiones, ¿De acuerdo?, ven recuéstate.

-Iñaqui aunque duerma poco me levantaré temprano quiero salir a caminar, te lo digo para que no te preocupes por mí si cuando despiertes ya no estoy.

-Yo iré contigo- dijo acostándose junto a mí y abrazándome por la espalda- no quiero que estés sola

-No te preocupes yo estaré bien

-Yo quiero estar seguro de eso, por eso iré contigo ahora duerme- dijo dándome un beso en la cabeza.

No supe en que momento me quedé dormida pero desperté muy temprano no eran más de las cinco treinta de la mañana ; tal vez solo había dormido no más de tres horas pero la verdad no tenía sueño, me levanté muy despacio para no despertar a Iñaqui y me dirigí al baño me cambié y peiné cuando salí del baño para abandonar la habitación una voz muy conocida me asustó

Esperando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora