Capítulo V (parte II)

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Hay momentos en los que la vida te coloca a la misma distancia de huir o quedarte para siempre.

Elvira Sastre

17 de diciembre de 1987, Nueva York

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17 de diciembre de 1987, Nueva York

Annelise ya había recapacitado y se dirigió hacia su casa, pero cuando Sophie volvió a buscarla al bosque tropezó con una gran piedra que la hizo desfallecerse debido al impacto en su cabeza. Sophie había perdido el conocimiento.

Cuando Annelise regresaba a su hogar, se atopó con el cuerpo de Sophie desfallecido en el suelo y sin pensárselo dos veces, corrió hacia su casa y llamó al hospital más cercano de la zona.

Cuando la ambulancia llegó al bosque se dirigieron al cuerpo de Sophie y la trasladaron al hospital que estaba a cinco minutos de su ubicación actual.

Sophie ya en el hospital le diagnosticaron una pérdida de conocimiento que tardaría en recuperar, aunque el alta se la darían el día siguiente.

Tras una noche intensa y reflexiva en el el hospital, Sophie, ya estaba preparada para volver a su casa de acogida con Annelise, pero ella la noche pasada decidió que no quería recordar su pasado y que huyiría de el.

Cuando Annelise se despertó, en la misma habitación que Sophie para acompañarla, ella escuchó la propuesta de su amiga que era huír y conseguir un hogar para poder vivir ellas solas y dejar el pasado atrás.

Con valentía salieron del hospital y había llegado el momento de decidir el lugar donde comenzarían su nueva vida.

Ese mismo día un señor de 52 años de edad llamado Leonard Lynn, el padre de Sophie, había sido detenido en la ciudad finlandesa de Helsinki, después de haber matado a dos personas en el centro de la capital.

Annelise se había dado cuenta de esa noticia en el hospital, pero no quiso contársela a Sophie, ya que ella quería olvidar su pasado.

Eran las 12:10 PM y Annelise y Sophie se dirigieron hacia una casa abandonada, que fue habitada por unos antiguos pescadores que recorrían las aguas del mar Báltico.

A Annelise se le había ocurrido la idea de poder vivir en una casa que no perteneciese a nadie y que estuviese situado en una zona con poco tránsito.

Eran las 8:30 PM y las dos ya habían trasladado la poca ropa que tenían en unos armarios antiguos de madera, bastante rayados, pero sus vidas no volverían a ser las mismas.

Las farolas ya estaban comenzando a encenderse poco a poco y la oscuridad ya se estaba estableciendo en la capital sueca, pero aunque Annelise y Sophie  aquella  noche no cenaron, se entretuvieron leyendo unos  libros de los antiguos inquilinos de aquella casa.

A un paso del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora