Internado De Vampiros Y Lobos *Terminada*

capítulo 30

Ya había pasado 1 mes desde que comencé a entrenar y también desde que no veía a mis amigos.

Lo único que hacia todos los días era despertarme, desayunar, ducharme y vestirme con la ropa de entrenamiento que consistía en una remera musculosa negra lisa, pantalones con diseño militar, una camisa verde oscuro y unas botas negras.

Íbamos con Tayson, quién era mi "Entrenador", al campo de entrenamiento y ahí me enseñaba a usar todo tipo de armas, pero mi especialidad era el arco y flecha, como el de Tayson son los cuchillos.

Me pasaba toda la tarde entrenando y cuando ya veíamos que se escondía el sol y oscurecia volvíamos a la cabaña de Tayson, la cual compartimos.

Yo y Tayson nos hicimos muy buenos amigos en este tiempo, no pensé que sería como es.

La verdad que el típico dicho de "Las apariencias engañan" es muy cierto.

Todo esto no quiere decir que me haya olvidado de, Kat, Abby, Jackson, Drew, Cameron y Ethan, claro que no, hasta me acuerdo de Cristina y sus clones, pero lo hago para poder salvarlos de su posible muerte, me quedo aquí a entrenar por ellos, no por mi.

-Ya es muy tarde... vamos-escuché decir a Tayson y me giré a el.

-¿Ya?-le pregunté dejando el arco a un lado.

-Si, ahora, vámonos-giré los ojos y dejé todo en su lugar. -Y sin muecas-me volvió a decir y yo le saqué la lengua. -Inmadura-se burló.

Salimos del campo de entrenamiento y cruzamos el bosque para llegar a la cabaña.

-¿Qué quieres cenar?-me preguntó Tayson.

-Lo que sea, muero de hambre-dije y el sólo se rió mientras negaba con la cabeza.

Tocaron la puerta y me levanté del sillón para ir abrir.

-Jefe-dije en un saludo y este sólo asintió con la cabeza.

-Sólo pasaba para comunicarte que como ya estás lo suficientemente entrenada, mañana comenzaras a cazar animales... buenas noches-dijo esto y se fue.

Cerré la puerta confundida y me giré a Tayson quien me miraba con una ceja arqueada y una media sonrisa.

-Ya eres cazadora... no del todo... pero es el comienzo-le sonreí.

-Si! Que genial!-dije sin ánimos dándole a entender el sarcasmo.

-Odio cuando usas el sarcasmo-se giró para seguir cocinando.

-Y yo odio tantas cosas-susurré para mi misma.

(...)

-¡Despierta Bianca!-escuché la voz de Tayson.

-¡Ya voy!-le grité.

Me levanté de la cama y antes de encerrarme en el baño Tayson apareció por la puerta.

-Ponte la ropa para cazar.

Asenti y me metí al baño.

Después de ducharme me vestí y sequé y peine el pelo dejándolo suelto.

-Buenos días-dije y Tayson dejó el papel que estaba leyendo para darse vuelta y sonreirme.

-Buenos días ¿Quieres desayunar?-me preguntó y yo asentí sin pensarlo

Me señaló la mesa en donde había un plato con waffles y zumo de naranja.

Me senté y desayuné tranquila, pero lo que me llamaba mucho la atención era que Tayson no dejaba de leer ese papel y la verdad quería saber que era.

Terminé de desayunar, lavé mi plato y lo dejé en su lugar.

-¿Qué es eso?-pregunté ya demasiado intrigada.

-Un mapa... pero nada importante... ¿Vamos?-preguntó y yo lo miré no muy convencida de lo que me dijo.

-Si... vamos-lo miré fijamente haciendo que se ponga nervioso y salí por la puerta confirmando que estaba mintiendo.

Cruzamos el bosque como todos los días hasta llegar a la cabaña del jefe, nunca entre y nose el porque no me dejan, Tayson si había entrado.

-Buenos días Jefe-lo saludó Tayson.

-Buenos días cazadores-nos dijo a los dos. -Hoy vas acompañar a Bianca en su cacería y que use sólo su especialidad-dijo el jefe dirigiéndose a Tayson.

-Como ordene-le contestó como si fuese un Rey y eso me dio gracia, pero mordí mi labio inferior aguantando para no soltar una carcajada.

-Ahora vallanse y vuelvan en la tarde-ordenó el jefe y se metió en su cabaña nuevamente.

Ya no aguanté y comencé a reírme sin parar.

-¿De qué te ríes?-me preguntó.

-De... nada... olvidalo-dije entre risas.

-Ok, vamos-comenzó a caminar y yo por detrás suyo.

Llegamos al campo de entrenamiento y sacamos las armas.

El agarró sus cuchillos y yo mi arco.

-¿Listo?-me preguntó.

-Si-asentí.

-Entonces... a cazar.

Salimos del campo de entrenamiento y nos introducimos en medio del bosque en donde había un silencio aterrador, pero de la nada se empezó a escuchar el canto de los pájaros y me relaje inmediatamente