Capítulo 2

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Ya son las 12 del medio día, me he pasado desde las 10 de la mañana saludando y hablando con familiares que no veía desde, probablemente antes de dejar la casa familiar, a los que nunca les he importado.
He tenido que soportar las miradas de sorpresa, no sólo por haberme dignado a presentarme allí, sino que también por presentarme con una niña, mi niña preciosa de ojos azules, pelo rubio lacio y el cuerpo más achuchable que he visto.
Ahora mismo, estoy hablando con una antigua amiga que tenía aquí, en A Coruña, donde celebraran la misa en memoria de los 6 fallecidos, los 6 gallegos, ya que eran todos trabajadores de la misma empresa.
-Oye, Natalie, ¿me estas escuchando?
-Em... si, perdón, me había distraído un poco.
- No me extraña, teniendo que hablar delante de toda esta gente...
-¿qué quieres decir?
-¿No lo sabías? Pidieron que hablases como hija de los presidentes de la empresa.
- no me lo puedo creer.
- ¿qué dices?
- No, nada que sí que lo sabía, sólo quería saber si tú lo sabías, ¿cómo no lo voy a saber?
Solté una risita, no porque me causa se gracia, que no me causa ni un poco, sino para que resultase un poco más creíble.
En ese momento mi tío Asier habló desde la tarima sobre la que estaba puesto un micrófono:
- Bueno, bienvenidos tod@s los presentes y gracias por estar aquí, apoyando a los familiares y amigos de las demás víctimas.
En ese momento las cámaras se volvieron locas, y los paparazis empezaron a preguntar sobre cómo estaba la familia, si se sabía algo más...
- no responderé preguntas de momento, así que dejaré pasar a mi sobrina, Natalie, hija de Miguel y Anne Lacer.
En ese momento me quedé en shock, tenía que subir a una tarima en al que tenía que hablar sobre mis difuntos padres, estando mi hija aquí presente, además de muchísima gente, conocida y desconocida, Pere tenía que hacerlo. Intento subir las escaleras con cuidado, lo que me faltaba era caerme. Ya en la parte alta, me aclaró la garganta y hablo, no sin antes haber sido echada por los flashes:
- Hola a todo el mundo, mis padres eran un gran ejemplo de superación, siempre perfectos, a cargo de la empresa familiar y de una familia, aunque como todas las personas, tenían problemas, siempre salían adelante.
Me seque las pocas lágrimas que se escapaban por mis hijos antes de continuar.
- Yo no me llevaba muy bien con ellos, no desde que nació su única nieta, pero siempre los he echado de menos, y lo peor de todo para mi no es sólo su pérdida, también lo es que mi hija no pueda llegar a conocerlos. Creo que ya lo eh dicho todo, así que, gracias por su atención, adiós.
Me baje de la tarima, cogí a mi hija en brazos y empecé a caminar con la intención d enorme, pero mi tío me paro:
- ¿Dónde crees que vas?
- A mi casa, si te parece, no tengo porque quedarme a aguantar nada más, no os habéis ni dignado a avisarme de que tendría que hablar, ni de que habría periodistas, lo siento pero adiós.
- tu no vas a ninguna parte, tienes que quedarte y atender a los medios y a las personas.
- No me pienso...
Fui interrumpida por un hombre de mi edad, puede que un poco mayor:
-Creo, señor Lacer, que la señorita le ha dicho que se quiere ir.
- No eres quien para meterte en conversaciones ajenas, niñato, así que ya te estás dando la vuelta y volviendo por dónde has venido.
- recuerda que yo y mi familia somos los colaboradores más activos de la empresa familiar que vosotros podréis, así que creo que el que se va a tener que ir eres tú.
Mi tío, enfadado, con ese gesto que casi simple solía ver, se marchó.
- Gracias por ayudarme, no tenías porque. Supongo que ya conoces mi nombre, ¿puedo preguntar tu nombre?
- Ya lo has hecho, así que me presentó, soy Luke, Luke Harris, encantado, y supongo que la pequeña que lleva escondiéndose tras de ti desde que te has cruzado con tu tío, es tu hija.
De repente caí en la cuenta de que mi hija estaba escondida detrás de mí.
- si, y si nos disculpa señor Harris tenemos que irnos.
- las disculpó, señoritas, Pere no me llame señor Harris, ese es mi padre.
- De acuerdo ¿Luke? Adiós.
- sólo una última cosa...
- Dime.
- ¿Me concederá una quedada la próxima semana?
- He de volver a mi casa, en L.A, así que supongo que no.
- ¿No se quedará toda la semana?
- no, tenemos billetes para mañana por la mañana.
- es una lástima, supongo que su pareja la estará esperando.
- ¿novio?
- no lleva anillo de casada ni de prometida, así que supongo que tendrá una pareja.
- no, estoy sola, bueno, con mi hija.
- oh, bueno, no la entretengo más, espero volverla a ver.
Me guiño un ojo y se fue en la dirección donde se encontraban las demás personas. Y yo me quedé pensando en el.

sólo dame una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora