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- ¡Agustina, Agustina!

- ¡Agustinita, ven a comer con nosotros!

La chica rodó los ojos por decimoquinta vez ese día. Era la hora de comer y se encontraba en la cafetería buscando un sitio donde sentarse. Con la bandeja de comida entre sus manos, ignoró los gritos de Hoseok y Taehyung y se fue a sentar en una mesa del fondo.

Le apetecía tranquilidad.

Jin chasqueó su lengua.

- ¿Veis? La habéis espantado, como siempre.

Hoseok bufó.

- Claro, porque tú eres irresistible para ella, ¿no?

- Chicos... - intervinó Jimin, preocupado.

- Al menos no me ignora cada vez que me ve.

- No que va - respondió sarcastico -, te idolatra. Te ama. ¿Cómo es que no sean casado ya?

- Chicos...

- Ya, ríete lo que quieras, pero sigo teniendo más oportunidades que tú y lo sabes.

- ¿Más oportunidades?

- Sí, lo que pasa es que me tienes envi-

- ¡Chicos!

Todos llevaron su mirada hacia el delegado, sorprendidos. Rara vez alzaba la voz. Este tenía las mejillas sonrojadas por la molestia y ligeramente hinchadas. No le gustaban ese tipo de situaciones.

- Esto ya lo hemos hablado, no discutáis. Y menos por Agustina, ¿o os habéis olvidado de nuestro trato?

Taehyung rió ante las palabras de Jimin. Al ver a este último serio, su risa cesó.

- Espera... ¿creías que iba en serio? - preguntó antes de soltar otra carcajada, Jimin torció sus labios - ¡Qué inocente que eres, Jimin-ah!

Taehyung se secó una lagrima imaginaria.

- ¿A qué te refieres? - preguntó el delegado inflando por completo sus mejillas.

Odiaba cuando lo trataban de tonto.

- A que no cuenta una promesa que hayamos hecho un día borrachos - le explicó Hoseok, tras beber un trago de su soda.

- Yo no estaba borracho... - se quejó Jimin cruzando sus brazos.

Él lo había prometido seriamente. No quería que nadie ni nada se interpusiese en su amistad con los chicos. Incluyendo a Agustina. Él sabía que todas esas pullas respecto a ella eran bromas, pero podía notar cada vez más hostilidad entre sus amigos. Como acababa de ocurrir entre Hoseok y Jin.

- Tú nunca estás borracho, ¿verdad que no, Nam...? ¿NamJoon? - el mayor de todos se giró hacia el rey de la destrucción al no obtener respuesta por su parte.

NamJoon simplemente estaba embobado con la pálida piel de Agustina, como porcelana, haciendo contraste con su oscuro cabello, negro como el carbón...

- ¡NamJoon! - exclamó Jin para hacerlo reaccionar.

El susodicho pegó un bote del susto y miró a ambos lados, alarmado.

- ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué ocurre?

Los chicos se rieron con ganas, aguantándose de sus estómagos. NamJoon era demasiado distraído.

Por suerte, el buen humor volvió a la mesa. Aunque fuese a costa del manazas del grupo.

¡Hola, Agustina!Where stories live. Discover now