Esto va de mal en peor. ¿Qué se supone que deba hacer? No puedo seguir mirando, es simplemente insoportable. Y duele... duele demasiado. Ya no sé cuánto tiempo llevan sentadas hablando, pero es toda una tortura. ¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Por qué Jazmín? ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en mí? Soy popular, excelente en cualquier tipo de destreza física, tengo buenas notas de las mejores de la clase. Y vamos, tengo que admitirlo, soy bastante atractiva. Nuestros compañeros lo han dicho: soy la más linda de la clase. Soy conversadora y divertida, hasta hay quienes dicen que soy graciosa. Oh Jazmín, ¿Qué ves de malo en mi? No, nada... tú ni siquiera me ves.
Pero a ella si la estás viendo; incluso le sonríes constantemente, lo que daría yo porque sonrieras para mí. ¡Maldición! ¡Ni siquiera le quitas la vista de encima! Jazmín...
Ya me cansé de esperar sin hacer nada, voy a ir allá. Sí, eso haré. No importa qué les vaya a decir, sólo basta con que no estén las dos solas. Ya sé de qué puedo hablar, les preguntaré por qué no están volando. Vamos a ver qué mentira se inventa para disimular que no puede volar. ¿Por qué se ponen de pie? ¡Que no me vean! No sé para qué me escondo de nuevo, si lo que en verdad quiero es interrumpirlas. Van al centro del parque, ahí están los profesores. ¿Qué hora es? ¡Perfecto! La clase ya terminó, sólo me queda asegurarme que no sigan hablando después de dar el presente y problema resuelto. De cualquier forma Florencia no se va a salvar de recibir una gran golpiza mañana. No, mañana no, esta misma tarde.
Jazmín se ve tan linda así, pero por qué tiene que caminar de espaldas ¡Parece que sólo lo hace para verla de frente a ella! ¡No! ¡Cuidado Jazmín! De acuerdo, por un momento fue un alivio que Florencia la sujetara pero ya podría soltarla. ¡No hay necesidad de que estén así de pegadas! ¡No! ¡Ni siquiera lo pienses! ¡Maldita Estrella! ¡No te atrevas a...! ¡MALDITA DESGRACIADA!
¡A la mierda todo! Me importa un comino si me meto en problemas, incluso que ella nunca me vuelva a hablar. Me sería difícil pero podría soportarlo antes que a este sentimiento. Este frio en mi pecho, este punzante dolor que oprime mi corazón sin piedad. Estoy muriendo por dentro. Si no fuese por la rabia que tengo en este momento, no tendría fuerzas siquiera para mantenerme de pie y mucho menos para volar. Jamás volé tan rápido en mi vida, el enojo es un gran aliado en estos momentos. Todo es por su culpa.
- Jazmín, yo... ¡auch! ¿Qué ocurre? ¡No! ¡No!
No te atrevas a pronunciar su nombre, no con esos labios que probaron el sabor de los de ellas antes que yo. No pensé que podría, ni siquiera pensé hacer esto. ¿Por qué no lo ves Jazmín? ¿Por qué no? ¿No ves que incluso soy suficientemente fuerte como para poder volar cargándola?
- ¡Flor! ¡Flor!
No grites su nombre, no lo llames desesperadamente. Duele mucho. No debo llorar, no puedo perder mis fuerzas... no ahora... no hasta que la haga sufrir y sienta el mismo dolor que yo en este momento, y más.
Vaya que es pesado este tonta, debería dejar de balancearse, me complica demasiado las cosas.
- ¿Elena?
Sí, genia, soy yo. La pequeña idiota no tiene idea de por qué hago esto. Vaya, miren nada más quien está muerta de miedo. Sus ojos lo dicen todo. ¿Acaso quieres correr llorando con tu mami? Pobre de la pequeña Estrella... espera un poco mas y veras a lo que realmente debes temer.
- ¡Elena esto es una pésima broma! Bájame al suelo de una vez.
¡Idiota! Deja de moverte así, no puedo volar bien.
- Por favor, no es gracioso, ¡ya bájame!
- ¡Deja de moverte! ¿O es que quieres que te suelte para ver si de la nada te crecen alas y llegas al suelo a salvo?