6. Don't let me go.

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Niall se encontraba en un bar, bebiendo un trago que no recordaba como se llamaba, pero sabía excelente. Su cabeza le daba vueltas y si trataba de caminar, seguramente caería al suelo. Había muchísima gente a su alrededor. Bailando, hablando, bebiendo, besándose y hasta tocándose obscenamente.

Niall se sentía solo. Era una sensación nueva, ya que siempre había estado acompañado de amigos, mujeres y Harry, su hermano del alma. Sin embargo, en ese momento, estaba sentado en la barra del bar, sin nadie a su lado. Ninguna mujer se le acercaba para seducirlo. Parecía ser invisible, y eso lo afectaba. Tomó su teléfono de su bolsillo y marcó el número de Harry.

La voz automática del contestador se hizo presente y Niall suspiró.

"Harry, ¿dónde mierda estás? Hoy a la noche fui hasta tu casa y Liam me dijo que te habías ido hace mucho y que no habías vuelto, contéstame por favor. Necesito hablar con..." alejó el celular de su oído.

Delante suyo, a unos metros, había un muchacho de tez oscura, con cabello negro. Su cuerpo era espectácular y tenía unos movimientos geniales. A Niall le parecía familiar. Comenzó a pensar, a tratar de recordad donde lo había conocido.

Cuando lo recordó, le fue muy díficil evitar gritar de lo sorprendido que estaba. Ese muchacho era Zayn, el chico de la fiesta. El chico que según Liam, su novio, había muerto.

Niall tenía que encontrar a Harry de inmediato.

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"Harry..." el mencionado escuchó su nombre a lo lejos. Intentó abrir los ojos, lo cual fue en vano, ya que sus párpados se sentían pesados. "Despierta, Harry."

Sintió una mano en su mejilla y Harry respondió ante el toque.

"Eso, despierta." esa voz. Reconocía esa voz.

Sus ojos se abrieron pesadamente, la luz cegándolo por unos segundos. Cuando recuperó la vista, unos ojos hermosos, profundos y azules estaban frente suyo, junto a una pequeña nariz y unos finos labios, acompañados de pelo castaño.

"Louis." dijo, su voz más ronca de lo normal.

El ojiazul sonrió y quitó su mano de la mejilla del rizado. Harry intentó hablar pero Louis colocó un dedo sobre sus labios.

"No hables, tienes un aliento terrible." Harry frunció el ceño y Louis rió. "Lo siento, pero te encontré en la puerta de mi casa, ebrio y dormido. Recién ahora te despiertas. ¿Qué fue lo que bebiste, whisky?"

Harry lo observó, confundido. No recordaba embriagarse, tampoco se acordaba de haber ido hasta la casa de Louis. Quizás eso demostraba que, efectivamente, había estado ebrio.

Louis se puso de pie y caminó hasta una puerta blanca, la cual abrió, entró y la cerró detrás de él. Harry aprovechó la ausencia del muchacho para observar sus alrededores. Estaba en una habitación con inmaculadas paredes blancas, las cuales tenían cuadros con pinturas de ángeles. Al lado de la cama donde él estaba acostado, había una pequeña mesa con diferentes objetos sobre ella (un celular, servilletas, una vincha y también había una taza vacía)

No había nada más, tan solo eso. Era una habitación vacía y a Harry eso le incomodaba. La puerta volvió a abrirse y Louis apareció con una bandeja, en la cual llevaba una taza, tostadas, mermelada, jugo de naranja y dos aspirinas.

"Debes tener hambre y un terrible dolor de cabeza, ¿verdad?"

Harry no lo había notado, pero sí, le dolía muchísimo la cabeza y su estómago necesitaba ser alimentado. El rizado asintió y se sentó, mientras que Louis ponía la bandeja en su regazo.

Creatures from Heaven: El Ángel Caído (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora