capitulo 4: Agartha

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-"Asuna... Danos la clavis, si te resistes el vendra por ti. Solo queremos ayudarte"- unas risas tan diabólicas después de esas palabras hizo que me llenara por completo de miedo a cada rato escuchaba las voces, podía sentirlas en mi oído susurrándome, sentía su aliento frío en mi cuello. Trataba de no escucharles, de ignorarlos.

Ahora sabia lo que tenia que hacer. Llevar la clavis al ese templó. Y asegurarme de que los sholbungs no la tuvieran en su poder.

Pensaba en quien era mi padre, y el por que mi madre se enamoro de un hechicero. Pero eso no importaba en estos momentos. Ahora me encontraba en camino a la montaña donde vería a Shun, mi madre iba conmigo. Los nervios me invadían por completó. Tal vez y seria la ultima vez que la vería, no sabia cuanto tiempo nos tomaría llevarla o si sobreviviría en el caminó.

El destino que tenia que afrontar era horroroso, pero no lo hacia solo por mi por querer volverme mas fuerte y valiente. Lo hacia también por mi madre, tenia que ponerla a salvó. Mi único miedo era que ella se quedara sola en este mundo, no sabría si ella estará bien aquí.

-¡Mama! ¡Rapido comienza a anochecer!- la condición de mi madre no era tan buena a comparación de la mía, subía casi siempre esta montaña, era parte de mi rutina. Pero no creo que mi madre la haya subido antes.

Llegamos a la gran roca que sobresalía de esta y ayude a mi madre a subir -¡Al fin llegan, tardan siglos!- Shun comenzó a reclamar lo lentas que éramos -Aunque a mi igual me costo llegar aquí. El aire es diferente al de Agartha- respiro hondo y se levanto del suelo. Camino hacia mi y tomo a mi madre de la mano -Gusto en conocerla Señora Nagasaki- le soltó una sonrisa y beso su mano. Hice un gesto de desagrado y mire hacia el bosque. Era tan oscuro y frío, pero a la vez se sentía acogedor. Encontraba en la oscuridad un refugio.

-Asuna... Al fin te veo de nuevo- voltee a verlo distraída, este chico no me agradaba para nada.

-...

-No parece que vengas de buen humor- dirigí mi vista de nuevo hacia el bosque y pude ver sombras entre los árboles algo que parecía que estaba corriendo entre ellas. Cerré los ojos varias veces para comprobar si lo que veía no era producto de mi imaginación -"Asuna... Te encontramos. Uno. Dos. tres. Te tengo."- sentí como algo me tomó de los pies y me arrastró entre la roca. Solo veía como Shun y mi madre que se iban alegando -¡ASUNA!- escuche a Shun gritar mientras trababa de tomar mi mano, cuando me di cuenta ya estaba dentro del bosque. Seguían arrastrándome cada vez mas y mas dentro. -¡SHUN! ¡SHUN!- de la nada dejaron de arrastrarme, me senté en el suelo con mis manos sobre mis pies.

Estaba en medio del bosque, o eso parecía. Veía mis rodillas totalmente arañadas, podía ver como corría sangre de ellas -"Danos la clavis y no te haremos daño"- esas risas de nuevo, era tan horrible escucharlas, solo se reían de mi una y otra vez. Cada vez que hablaban era como escuchar miles de voces en una sola, algunas tan agudas y otras mas suaves, de los árboles salió una criatura que media casi dos metros, su piel era gris y porosa, parecía un esqueleto, todos lo huesos se le notaban, sus ojos eran amarillos con una línea en medió, parecían como los de un gato, su boca era gigantesca con muchos dientes picudos y afilados.

-"Asuna... Quiero probar tu carne"- sentí como me tomaron de los hombros, unas manos grandes con uñas largas y negras. Unos tras otro se iba acercándose a mi rodeandome en un pequeño círculo que comenzaba a cerrarse, escuchaba risas y carcajadas que me aterraban tape mi oídos «Por favor ayuda... Shun, te necesitó»

Un pequeño resplandor... Abrí mi ojos y vi una luz sobre mi pecho. El collar que mi madre me dio comenzó a destellar de luz, era como un arcoiris, escuche gritos de dolor miré a esas criaturas que comenzaban a quemarse con la luz, uno por uno se fueron convirtiendo en cenizas. La clavis dejo de destellar y volvió a la normalidad -¡ASUNAAA! ¿DONDE ESTAS?- era la voz de Shun, la escuchaba lejos, tomé aire tratando de calmarme para gritarle, pero no salia nada de mi boca, escuché como las hojas secas se rompían, alguien mas venía, ¿de nuevo esas criaturas? cubrí mi cabeza poniéndola entre mis piernas. Los pasos se es escuchan cada vez mas cerca. No quería morir ahora no. -ASUNA- reconocí al instante esa voz. Levante la vista abracé a Shun que estaba frente mio. Lo rodé con mis brazos, el me abrazó por la espalda, soltó un suspiro de alivio. De los árboles salió mi madre gritando de alivio y miedo al vez. Voltee a verla y ella corrió a abrazar y inspeccionar cada extremo de mi cuerpo -Tus piernas Asuna- las mire que estaba llenas de sangre, tierra y hojas, trate de sacudirlas para quitarle un poco la suciedad.

Agartha: La travesía al inframundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora