Madelyn

El conejo celeste

El día llego y el calendario marco 14 de febrero, era el día del intercambio Eddi llevaba una loción en papel de regalo para su compañero, con todo el pesimismo de saber que no le puedo dar algo a Madelyn.

El intercambio inicio unos a otros Eddi dio su regalo su compañero agradeció. Luego llego el turno de Madelyn parecía feliz de saber que era su turno, ella tomo un conejo de color celeste y moño del mismo color, metido en una bolsa de papel.

-Mi turno, dijo Madelyn. Todos la veian.
- ¡Ya di quién te toco!, exclamo Dannery.
-Eddi, esto es para usted. Mientras estiraba la bolsa donde estaba el conejo.
- Espero le guste mucho.
- Claro que si, es muy bonito.
- Lo escogí para usted. Dijo mientras le daba un abrazo a Eddi.
- Muchas gracias Madelyn, dijo mientras la abrazaba.
- De nada, dijo con una sonrisa

Tan simples palabras fueron de renovación para el joven chico, tomo su regalo y lo guardó hasta el final del día, sólo pensaba en eso segundos en los brazos de ella, como logro sentir el aroma que su perfume dibujaba, como contorneaba su muy fina cintura, tan cerca.

El tiempo se detuvo para Eddi, Madelyn lo había dejado cautivado, él creía firmemente que ella pudo sentir el latir de su corazón en ese abrazo.

Esa noche tomo al conejo celeste y lo vio, no era un simple conejo o peluche estúpido, era algo mas porque venía de sus manos, sus manos suaves como la seda, venían de ella de la chica que movió su mundo, solo pensaba que ese peluche tenía un sentido metafórico casi celestial, mas fuerte que él de un regalo; Eddi tenía una tapa de una botella de gaseosa la cual surgiría un promoción, algo absurda pero aún así decidió llamarlo Ruperto.