18 de enero de 2011

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Era 18 de enero de 2011, aproximadamente las 6:50 de la mañana; Eddi, un joven delgado cabello liso negro y ojos café, estatura promedio y cara de no saber nada, entraba en el salón de clases era tan irreal lo que veía casi imposible, además de él, solo divisaba otro chico y nada más, de ahí eran todas chicas.

Entro creyendo que el nada podría pasar, justo una noche antes se había prometido consentrarse y no fijarse en ninguna chica, cuando la vio, sentada ahí a ella de ojos profundos y cuerpo delgado pero bastante estético, rostro fino y angelical, cabello delicado, manos pequeñas y una forma de sonreír muy peculiar solo Afrodita podría luchar en belleza con ella, y estaba ahí sentada y él a unos pasos.

Era como si el mismísimo cielo confabulara contra él, para no poder acercarse a ella, ni un centímetro, nada. Intento centrarse cerca, pero la falta de lugares y la pena que sentía por la bruma que le causaba su belleza, no pudo acercarse, otro intento fue pedirle algo prestado, pero era tonto para el no tener todo el primer día. Y así todos los intentos quedaron como una falló completo y un golpe a su ego.

Dieron las 2:00 de la tarde de ese día, salio del salón con la sensación de que no había podido lograr lo importante que era acercarse a ella. Con mucha fuerza de espíritu y todo el entusiasmo del mundo no se rindió, no importaba nada porque si no fue hoy seria al siguiente día.

Eddi con mochila al hombro emprende el camino a casa, toma un bus de la ruta 63, cuyo estado era dudoso como la mayoría, pero aun asi tomo su transporte y no sintió el camino por pensar en ella. Lo único en lo que pensaba era en su nombre lo único que supo de ella, pensaba en las letras que lo formaban y las tomaba.

El día paso sin pena ni gloria era más que emocionante pero a la vez al temeroso todo ya que sale de su zona de confort. Y la noche llegó y Eddi tomo sus sabanas y cerro los ojos y recordó a la chicas que conoció todas excelsas, muchas maestras de corazón, otra bailara, otras con una creatividad enorme, y una que otra futbolista, pero todo lo que quería era volverla a ver, ver de nuevo a Madelyn.

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