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Es de manera inesperada que conocemos a personas capaces de derribar nuestros muros.
Cuando se vieron aquella vez no pensaban en el amor ni lo buscaban, y de pronto se habían vuelto la luz del otro.
Al besarse podían detener el tiempo, con una mirada dominaban el interior del otro; juntos aprendieron a amar y a entregarse sin temor.
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Es de manera inesperada que la pasión acaba, la monotonía los destruía alargando sus noches y días.
A pesar de estar juntos, la gelidez de la soledad los envolvía, con sus mentiras desbarataron su interior incapaces de llenar el vacío que los consumía.
El tiempo transcurrió lento desde que olvidaron el sabor de sus labios, sin fuerzas acabaron de tanto extrañarse.
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Y es de manera inesperada que descubrimos que todavía vale la pena amar, después de haber sufrido por un engaño.
Otros besos y caricias, reemplazaron las huellas que dejaron en el cuerpo del otro.
Ella logró olvidarlo.
Él volvió muy tarde.
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Ésto salió inspirado en la canción "Lo aprendí de tí de Ha Ash".
