El sudor frío corría por mi frente y mi respiración estaba acelerada, puse una mano sobre mi pecho e intente regularla.
¿Que había soñado para despertar en ese estado?
Inconscientemente, unos segundos después de despertar recordaba pequeñas fracciones de mi sueño, pero ahora, lo había olvidado todo.
Apoyé mis pies descalzos en el suelo y me estremeci por el contacto, hacia frío. Mi ventana, como siempre, se encontraba abierta de par en par dándole paso a varias ráfagas de viento. Muchas veces le había pedido a mi padre que la arreglara, le había explicado que a pesar de que la cerraba todas las noches, al despertar ésta se encontraba abierta. Entonces cuando el tenía tiempo y le echaba un vistazo, la ventana estaba en perfectas condiciones. Se reía de mi y antes de retirarse me decía "No dejes que por las noches tu mente te juegue una mala pasada, mi niña".
Me senté en la cama y estire mis extremidades, en ese momento, un olor exquisito a cafeína me hizo girar la cabeza hacia mi mesa de luz, en ella había una bandeja con el desayuno y al lado de mi taza de café había una nota "Por favor, desayuna antes de hacer lo que más amas - Te quiere, mamá" sonreí y negué con la cabeza, estaba obsesionada con las comidas y sus horarios. Estaba ansiosa, pero aún así tomé unos cuantos sorbos de café y le di una gran mordida a la media luna antes de correr hacia el salón.
Mi pasión era la danza,bailaba desde que tenia memoria, era lo que mejor hacia y todos los días, antes de ir a estudiar, ensayaba. Bailaba como si mi vida dependiera de ello, bailaba hasta que las piernas me suplicaban descanso.
Y hoy no había sido la excepción.
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-Es tan jodidamente molesto que consideré, por primera vez en mi vida, hacer todo el trabajo sola- desde que entre a la universidad, Evolet, o como yo le decía, Let. No había parado de quejarse por tener que hacer el trabajo de filosofía con el nerd de la escuela. Yo, que la conocía hace ya demasiado tiempo, sabía que ese chico le gustaba aunque no quisiera admitirlo.
-A mi me parece, que ALGUIEN tiene miedo de pasar tiempo con ese chico y terminar encariñándose- subí y baje mis cejas varias veces, amaba molestarla.
-Ya deja eso, a mi jamás me gustaría un chico que vive encerrado en una biblioteca- me reí y ella me miró molesta. Let no era tan superficial como aparentaba ser, sabía que le gustaban los chicos intelectuales, de anteojos y tímidos, justo como Andrew. Pero no la culpaba, después de todo, la mayoría aparentaba. Levante las manos en el aire fingiendo ser inocente y ella rodó los ojos- He oído que tendremos a un nuevo estudiante por estos pasillos- canturreo con emoción.
-A mitad de año?- pregunte extrañada.
-Si- asintió distraídamente- resulta que es el hijo del director.
-Oh, ya puedo imaginarme la atención que recibirá el pobre chico apenas entre por esas puertas- fruncí los labios imaginando tal escena. Como en cualquier escuela, aquí había un pequeño bando de zorras que buscaban con ansias algo de carne fresca.
-Pues te imaginas bien y yo no me quedaré atrás. Apuesto a que es atractivo- me codeo y yo rode los ojos.
-La verdad no me interesa- dije restandole importancia.
-Vamos Lyra, quizá sea el amor de tu vida- bromeó o eso creo, no le di importancia a su comentario. De repente su atención fue a otro lado, hice un recorrido para ver que era lo que había captado su atención y efectivamente, Andrew pasaba con un par de libros entre sus manos, como siempre con la mirada baja- recordé que debía hacer una cosa, si, una cosa. Nos vemos luego!- negué con la cabeza, no tenía remedio.