Me había obligado a mi misma a salir de la cama aunque fuese para darme un baño, no recordaba la ultima vez que había sentido el agua recorrer mi cuerpo y ya comenzaba a oler verdaderamente mal.
Camine hacia el baño sintiendo mi cuerpo mas pesado de lo normal y no porque hubiera ganado kilos sino por el cansancio que calaba mis huesos, cuando estuve apunto de entrar, un sonido en particular me hizo detenerme.
Un sonido en la planta baja, como si alguien estuviera revisando los muebles. Me agache instintivamente, como si estuviera lista para atacar a la persona que había invadido mi casa.
Di pasos lentos y cautelosos en dirección a la escalera hasta que una mano tapo mi boca y me arrastro de regreso a mi cuarto. Para ese entonces ya había soltado un par de lagrimas, de seguro iban a violarme y a robarse todo lo que hubiese de valor.
-Por favor, te soltare si no gritas- que clase de delincuente pedía "por favor"? al parecer este. Asentí lento y di una bocana de aire cuando retiro su mano. No me atreví a moverme ni un centímetro, la situación me hizo acordar a la serie "La casa de papel" donde los renes no podían mirar a los que los retenían, de lo contrario, era una muerte segura- Vamos voltea- me incito aquella persona.
-N no, vete, llévate lo que quieras- inspire hondo- yo no he visto tu rostro, lo juro.
-No tengo tiempo para esto- gruño bajo, escuche como trancaba la puerta, segundos después sentí sus brazos rodearme y todo mi cuerpo se tenso bajo el tacto repentino- relájate si no quieres vomitar el desayuno- bromeo, no entendí lo que dijo hasta que fue demasiado tarde.
Sentí como todo a nuestro alrededor se volvía... raro, como una imagen cuando sale borrosa, como si fuéramos el centro de un tornado, en ningún momento abrí los ojos. Cuando me sentí estable abrí los ojos y, como la persona desconocida había predicho, sentí como la comida subía por mi garganta, me solté rápidamente de sus brazos y me lance hacia adelante arrojando todo lo que tenia en el estomago, un dolor de cabeza me invadió al mismo tiempo.
-Pero, que demonios?- jadee tomando la sien.
-El primer viaje siempre es el peor- rió.
Me tomo un momento poder pararme derecha y enfocar algo con la mirada, pero cuando por fin lo hice, vi que me encontraba en una habitación que olía a menta y perfume masculino. Cuando me voltee, un chico mas o menos de mi edad, quizás unos años mayor, se encontraba sentado en un sofá, primero observe sus manos y brazos tatuados de blanco, símbolos que no entendía. Fui subiendo hasta encontrarme con un rostro que se me hacia familiar.
-El nuevo?- pregunte mas para mi misma, me miro con una ceja alzada.
-Mi nombre es Kilian- aclaro- y de nada por lo de hace rato- su sonrisa, tenia la sonrisa de un niño, llena de inocencia y buenas vibras. Sin querer, me encontraba confiando en él.
-No entiendo que es lo que esta sucediendo, quien eres? como es que llegamos a... donde sea que estemos? Que hacías en mi casa? Por que...?- Me interrumpió.
-No fui informado de que hablaras tanto- esquivo mi pregunta, lo había notado.
-Que? Quien eres?- vocifere mas alto de lo que pretendía, tome mi cabeza con ambas manos sintiendo como el dolor se volvía punzante.
-Ya te lo dije- lucia repentinamente cansado y serio, como si estuviera pensando en algo, como si estuviera acá pero su mente estuviera en otro lado, lejos- Has tenido alguna... alguna visita inesperada?- sus palabras eran cautelosas, con el tono de voz que usas cuando no quieres asustar a alguien.
Medite sus palabras, la única visita extraña que había tenido había sido la de... James, al cual no había vuelto a ver.
-Tomare tu silencio como un si- froto su cara con ambas manos antes de volver su mirada a mi- Alguien ha querido entrar en tu casa esta mañana, por esa razón te he sacado de allí- explico a medias, sabia que había algo que no me estaba diciendo.
-Por que alguien querría invadir mi casa?- mi dolor de cabeza disminuía gradualmente y podía enfocarme y ver la habitación con mas claridad. Era una habitación común, como la de cualquier adolescente, lo único fuera de lugar era aquel objeto que brillaba sobre la mesa de luz.
-Lyra, estas en grave peligro- froto sus manos sobre sus jeans blancos antes de pararse.
-De que hablas?- lo vi sostener el objeto que había llamado mi atención hace un momento, no podía quitarle la vista de encima, de pronto me encontraba ansiosa, ansiosa por sostener aquel artefacto.
-Hace un par de siglos nació una niña, hermosa y fuerte, hija de un ángel y un demonio. Esa niña desato la guerra entre el cielo y el infierno, siendo única en su especie, ambos mundos querían conservar a la pequeña híbrida, pues su poder era demasiado grande. Cuando llego a la edad de diez años fue arrebatada de los brazos de sus padres por su ángel guardián y fue escondida aquí, en la tierra- jugo con el objeto entre sus manos, mirándome atentamente, pero mis ojos estaban quietos en el color que destilaba aquella cosa, sin embargo seguí escuchando- no fue fácil al principio, esconder los recuerdos de la pequeña había sido sumamente difícil, pero con el tiempo olvido. Su ángel le cambio el nombre, la entrego a una buena familia y la chica hizo su vida como si fuera parte de este mundo- lo mire confundida.
-Que trágica historia, muy original, pero por que me cuentas esto?- ladee un poco la cabeza, observándolo.
-Lyra, esa niña, eres tu- tomo un mechón de mi cabello, acariciándolo, mirándome con pesar.
Solté una risa estruendosa, este chico tenia serios problemas mentales si pensaba que yo creería esa historia absurda.
-Ha sido suficiente, no se que esta sucediendo, pero sin duda no tiene nada que ver con criaturas místicas que no existen- enfurecí, por alguna razón enfurecí conmigo misma, porque muy dentro sabia que esa palabras eran mas para convencerme a mi, que para convencerlo a el. Todo encajaba, lo que había estado viviendo, los sueños, esa criatura. No lo diría, no le daría la razón porque si lo hago, se volverá real.
-No? Y que me dices de tus sueños, esos que no te dejan dormir por las noches, esos que nunca habías tenido antes?- me reto y por primera vez vi al chico enojado. Nos miramos un momento, de verdad quería gritarle que no era de su incumbencia, que me tenia frustrada porque cada palabra que salia de su boca llenaba mi cabeza de incógnitas sin respuesta. Mentiría si dijera que no sentía curiosidad por un montón de cosas, pero no tuve tiempo, mi cuerpo se sentía cada vez mas adormecido y me constaba mantenerme en pie, como si de pronto me hubiera bajado la presión.
Camine decidida y con esfuerzo a la puerta, pero me detuve cuando me di cuenta de que no sabia donde estaba. Me di la vuelta y lo mire, estaba de brazos cruzados mirándome con una ceja alzada.
-Llévame de regreso- exigí.
-Como quieras- dio dos pasos hacia al frente y me abrazo, no pude evitar soltar un suspiro, justo ahi, en ese pequeño espacio entre sus brazos, me sentía segura.
-Cierra los ojos, נסיכה- susurro sobre mi cabello, luego, todo se volvió negro.
Lo que le susurra Kilian a lo ultimo, significa "princesa" en hebreo.
YOU ARE READING
Mirrors
Mystery / ThrillerExisten ángeles que han cometido pecados y demonios que no soportan la sensación del infierno.