Honestamente, Camila nunca pensó que se podía sentir así.(Comienza en el vértice de su espina dorsal, viaja hacia abajo, derrite sus propios huesos con un calor eléctrico).
Y podría asustarla... bueno, la asusta, porque se siente tan familiar. Un dolor que surgió en su cuerpo involuntariamente, cada vez que su padre la golpeaba, cada vez que su madre le gritaba. Los gritos, oh dios los gritos. Nunca se siente como hace casi seis años, nunca se siente muy lejos; para Camila, está allí.
En su hombro, en su mente susurrando para sentirlo. Sentir el dolor. Para nunca olvidar lo que es sentirse como si lo hubieras perdido todo. Sentir que nadie te ama, estar en un ciclo constante de autodesprecio que te ahoga y hace temblar los cimientos de tu alma.
Y luego... nada.
Lauren vino y luego nada.
Ella lo dice así.
Es un fenómeno, inexplicable, incomprensible. Al igual que el universo, el océano o las estrellas o las pecas como constelaciones en la nariz de Lauren, no puede explicar cómo es hermoso, cómo es real y es algo que Camila no puede, ni podrá, comprender.
Tal vez está bien, tal vez sea una mierda poética que el universo le recita como si estuviera compartiendo un secreto que solo ellos pueden saber; como las almas gemelas o verdaderos amores o el destino o esa sensación de tu estómago cayendo antes de hacer algo que te aterra.
Así es amar a Lauren Jauregui. Eso es lo que se siente odiarte a ti mismo con tanta fuerza, pero amar tanto a alguien que sientes que no puedes respirar.
(Cuando vuelven a casa, a miles de kilómetros bajo su cinturón mientras se sientan frente a la casa de Lauren y se preparan para el impacto de la ira de sus padres, Camila dice con una sonrisa que “Estaremos bien, te recogeré en una hora, entonces lo resolveremos a partir de allí, ¿sí?”)
Los ojos de Lauren se ablandan, la preocupación en su corazón disminuye. Ella besa a Camila y siente su sonrisa contra sus labios y no le dice sobre su cita con el médico al día siguiente, aunque debería hacerlo.
“Gracias Camz. Tienes razón, estaremos bien.”
Lauren lo dice para tranquilizar a Camila, pero por la forma en que traga y respira profundamente, por como besa a Camila desesperadamente, parece que se está tranquilizando a sí misma.
-
Su madre está sentada en la mesa de la cocina, con la cabeza entre las manos, los hombros temblando; y en ese momento la culpa inunda a Lauren como olas del océano.
Dejó a su madre por casi dos semanas, cayendo de la faz del planeta con Camila. Ignoró sus llamadas y sus mensajes de texto y, claro, su madre puede ser la madre más inflexible y sobreprotectora que jamás haya existido, pero Lauren al menos le debe una explicación.
Y cuando Clara mira hacia arriba, con alivio y luego enojo pasando por su rostro, Lauren traga. Deja caer su bolsa de lona en la puerta de entrada, mira cómo su madre se levanta con un suspiro y con los brazos cruzados.
“¿A dónde fuiste? Estuve así de cerca de llamar a la policía, Lauren.”
Lauren se cruza de brazos contra su estómago, sintiéndose pequeña. Va a murmurar cómo lo hizo porque a veces no sabe cuándo podrá respirar nuevamente, va a decir que quería tener un último momento con el amor de su vida antes de morir. Para darle a Camila lo que ella quiera antes de irse.
Lauren quiere decir que lo hizo porque tiene miedo de morir. Ella está muy, muy asustada.
En cambio, una lágrima cae por su mejilla, y cae en los brazos expectantes de su madre como si fuera una niña otra vez. Necesitando el amor de su madre. Un tipo inocente de desesperación.
![](https://img.wattpad.com/cover/140212242-288-k167041.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Heart On Your Sleeve
FanfictionAunque, ella tiene una amiga. Lauren. Y Lauren es agradable. A Camila le agrada Lauren. A veces, Camila piensa que incluso la ama. (Esta historia no es mía, fue escrita por @daddyclessia, yo sólo la traduje al español)