Por fín el árbitro marcó el final de aquel partido.
¡mismo que ya se me había hecho eterno!
Aquél día disputábamos la final del torneo de fútbol intramuros organizado por la escuela.
Y apenas el árbitro terminó de pitar, todos salimos corriendo llenos de entusiasmo. Habíamos ganado la final con un marcador uno a cero.
Llenos de eufória, y tomando una bandera que nos idéntificaba, corrimos al rededor del campo, nos abrazábamos y nos palmeábamos la espalda, no faltó quien sacara una botella de sidra de su mochila, la agitó y el líquido salió disparado hacia todos.
El sol estaba en todo su esplendor y el calor se hacía sentir, eran aproximadamente las once del día, los gritos, las risas y los abrazos continuaban.De pronto, sentí la necesidad de abandonar el festejo.
Tomé mis cosas y abandoné el campo de fútbol; me siguieron mis inseparables amigos, los de siempre, mis más íntimos, ¡claro! no sin antes reprochar mi actitud.
-¡Tú eres el más indicado para quedarte! Metiste el único gol, el de la victoria. ¿Qué te pasa? Me reprochó Francisco.
Me detuve y les dije:
-Pasa... ¡que necesito estar solo! Apenas lo había dicho y me arrepentí.
-¡Aaah!, pues siendo así, ¡te dejamos solo!
dijo Noel.
-No, ustedes pueden acompañarme.
Noel, el más pequeño del grupo y el único que no estaba en el equipo, me palmeó la espalda y dijo:
-¡Tú sabes que eres mi ídolo..! ¡mi gran Rossi.! (apodo que me habían puesto) no cabe duda que eres uno de los mejores.
-Y a todo esto- continuó Noel - ¿Te iras siempre a salinas?--¡Claro!- ¡exclame.!- Ya tengo todo listo, bueno casi todo, sólo falta el permiso de mis padres.
Francisco y Luis me abrazaron efusívamente; y los sentí tan sinceros, que les devolví el abrazo.
El calor estaba sofocante, y nos dirigimos hacia la fonda de doña Rosa.
Aquella señora, era la que asistía a casi toda la comunidad estudiantil.
Llegamos a la fonda y ésta estaba repleta de clientes, todos eran alumnos de la misma institución, mis amigos y yo nos desplazamos hacia nuestro lugar de siempre, apartados de los demás.
Una vez instalados, acomodamos nuestras mochilas y nos dispusimos a solicitar nuestros desayunos, a pesar de que ya pasaban de las doce del día.
Eché un vistazo a las demás mesas como queriendo pasar desapercibido.
De pronto ví algo que llamo poderosamente mi atención, mis amigos se dieron cuenta, pues notaron mi nerviosismo.
-¿Qué te pasa canijo?
-me preguntó Luis -
¡te has puesto pálido de pronto!
Al mismo tiempo todos voltearon hacia la mesa de la cuál yo no desviaba la mirada.
-¡Aaah es eso! ¡mira que eres despistado!
desde que entramos te siguió con la mirada. ¡pero como tú siempre andas en la luna...! --río Noel.Tomé mi mochila y saqué un libro a modo de obtener un poco de calma, lo empecé a hojear.
- ¡Hey! despistado deja ese libro y mira, ¡te está viendo!
Y es que en la mesa de enfrente estaba la chica más linda que desde hacía unos días no podía apartar de mi mente.
Aparté el libro y les dije a mis amigos:
-¿Saben? ¡me encanta esa chica!
-Sí, ya nos dimos cuenta-
dijo Francisco.
-pero si no se lo dices nunca lo sabrá-
- ¡Hoy mismo se lo diré!-
-Bravo.! así se habla- dijeron todos.
Llegó por fin lo que habíamos ordenado, pero yo no podía apartar la mirada de aquella mesa.Aquella niña era muy simpática. Muy linda, ojos redondos y alegres, cabello negro y largo, mirada tierna y al reír se le formaban dos hoyuelos en las mejillas.
¡Verdaderamente era hermosa!
La primera vez que la ví fue cuando ella se dirigía a su salón de clases y yo pasaba por el mismo pasillo, como siempre con mi inseparable balón de fut.
En un descuido el balón se zafó de mi brazo y cayó jústamente enfrente de ella, muy amable lo detuvo con el pie y al momento de agacharme para recogerlo, ella hizo lo mismo y casi chocamos.
Fue la primera vez que la ví sonreír.
Después de ese encuentro casual se dieron muchos más.
Me di cuenta que asistía a casi todos los partidos de fútbol, supe además que a ella le debía aquel apodo de: "Rossi" (Paolo Rossi era un jugador italiano muy famoso en ese tiempo)¡Me sentía alagado!
no por el apodo, si no porque era la primera vez que una niña tan bonita,tan especial se figaba en mí, con tanto interés; es más, puedo asegurar que ha sido la única mujer que lo ha hecho.
Estaba tan ensimismado, tan absorto en mis pensamientos que casi no había probado bocado, mis amigos me hicieron volver a la realidad.
Pude darme cuenta que el grupo de amigas ya se estaban levantando de sus lugares.
Entonces fue cuando tomé la decisión de abordar a aquella chica. Con una señal le pedí que me esperara, sus amigas se retiraron y solo quedamos ella y yo.
En frente de mi tenía a la dueña de aquella sonrisa angelical.
Solo atiné a preguntar
- ¿Cómo te llamas?-
-¿Cómo? ¿No sabes cómo me llamo?- preguntó asombrada.
-No, no lo sé- le dije.
-Ok, me llamo Leticia-
-Mucho gusto Leticia, yo me llamo...
-¡Daniel! -exclamó ella.
-Yo si se cómo te llamas, es más sé que muy pronto te iras de la escuela, porque egresas este año, ¿no es así?-
-Así es- le dije.
- Yo apenas entraré al tercer año, también sé que te iras a salina cruz a jugar fútbol, ¡ah y que eres de zipolite!
Yo no cabía en mi asombro y ella volvió a sonreír.
-¿Sabes Leticia?, me gustas mucho...
-Mmm, tú me caes muy bien Daniel-
¡Cuanta diferencia en las palabras o en los sentimientos, pensé!-Creí que nunca te atreverías a hablarme, continuó ella; he notado que eres muy tímido, y eso es lo que más me agrada de ti, eres muy diferente a tus amigos.
Sólo atiné a decir:
-¿Qué te parece si salimos de aquí Leti?
-sí, me parece bien, mis amigas ya se fueron y no pienso quedarme aquí.
Salimos de la fonda, caminamos rumbo a la escuela; ya no había clases pero era necesario asistir.
La que hablaba era ella, yo no tenía tema de que tratar, es mas no había palabras.
De pronto en un arranque de valor la tomé de la mano y le dije
-Leticia, ¡me gustas mucho!¿quieres ser mi novia?
--ahora la asombrada era ella.
-Es que, ¿sabes? ¡Te quiero! Ademas...
no me dejó terminar de hablar, y dijo:
-a ver Dani, puede ser que te guste, pero de eso a que me quieras, no te creo.
Nadie puede querer a alguien de un momento a otro, Como te dije antes, me caes muy bien, me agrada tu forma de ser; ¡es más! si decidiera tener un novio créeme que serías tú, pero necesitamos tiempo, tiempo para conocernos mejor Daniel.Aquel día regresé a casa muy triste.
El trayecto de puerto ángel a zipolite lo hacía a pie."Nadie puede querer a alguien de un momento a otro"
-- estas palabras me acompañaron en todo el trayecto a casa.
Muchas ideas se encontraban en mi cabeza y no encontraba como acomodarlas.
No lograba comprender como una niña con un año menor que yo estuviera más centrada en sus pensamientos.
Eso la hacía, a mi parecer más linda aun.Leticia..! Aaaah, ¡suspiré profundamente! ¡por fín se cómo te llamas! Pensaba para mis adentros.
Los días continuaron, y los encuentros entre Leticia y yo fueron más frecuentes, de vez en cuando desayunábamos juntos, sus amigas se hicieron mis amigas.
Un día, al cruzarnos en uno de los pasillos de la escuela ella me entregó un papelito doblado de forma muy particular, en frente, de lo que parecía un sobre; había dibujado un corazón, dentro del mismo estaban escrito su nombre y el mío.
Fue inevitable sonreír y al voltear y toparme con su mirada, y leer el movimiento de sus labios:
-¡léelo!-
Desdoblé el papel y comencé a leer:-- Sabes...
te quiero, no sé cómo decírtelo, porque en las palabras ya no confió y demostrarlo jamás he podido pero, ¿sabes? creo que es mejor así; que no sepas que te quiero.
Por qué ¿cuantos te habrán dicho esto? y jamás lo han sentido. Hoy, yo quiero hacer algo distinto, algo que sin decirlo ni escribirlo, llegue hasta ti, como un recuerdo, como un suspiro, como algo puro y bello.
Que sepas que lo que siento por tí, ya no son unas frías palabras o un simple sentimiento.
¿Sabes? Eso es todo lo que siento por ti, pero eso, no cabe en un te quiero.Daniel, acepto ser tu novia.
Atte: Leticia Rasgado S.
Guarde aquél papel en una de mis libretas, cómo el más preciado de mis tesoros.
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BAJO LA SOMBRA DE UN RECUERDO
Teen FictionDaniel, un adolescente con sueños de triunfar como futbolista profesional, pone todo su empeño en lograrlo, pero de pronto se encuentra inmerso en el amor, sentimiento que como adolescente que es; viene a cambiar toda, ó parte de su vida. descúbre...