A unos cuántos días ya para finalizar el ciclo escolar, en todo el grupo se hacía sentir alegría y cierto nerviosismo.
Guillermo sería el encargado de leer las palabras de despedida, nuestro asesor nos daba las últimas indicaciones.
A partir de este momento iniciaba la cuenta regresiva.
Había que iniciar nuevos retos, buscar otros horizontes, pero abandonar aquel lugar que fue testigo mudo de muchas travesuras y locuras de adolescentes, aulas que habían sido nuestro segundo hogar, ahora le decíamos adiós.Por mucho tiempo había esperado con ansias este momento y ahora que ya estaba a punto de llegar, ahora quería regresar las manecillas del reloj; desafiando así, muy a mi modo, al tiempo.
---Me acerqué a Nancy, compañera con la que siempre compartí mi lugar en el salón. Al verla un poco cabizbaja le dije:
--Nancy, ánimo, ya no tendras que soportarme. ---Eso es lo que màs voy a extrañar de tí me dijo, se levantó y nos dimos un abrazo que parecía interminable.
Y aprovechando aquel acercamiento me preguntó.--Oye daniel, ¿hiciste ya las paces con Gonzálo? --- mmm no, pero no creo que acepte; ¡ya vez como es de testarudo! ---no creo que acepte hacer las paces conmigo.
--Anda ven, vamos a buscarlo y habla con él, ¡no vale la pena que sigan enojados!Gonzálo y yo habíamos tenido una discusión en el taller del Instituto de Industrias, desde hacía ya algunos meses, y estuvimos a punto de llegar a los golpes, pero gracias a la oportuna intervención de varios compañeros sólo quedó en discusión. Pero suficiente para ya no dirigirnos ni siquiera la mirada.
Nancy, la chica "soñadora" pretendía ser la mediadora entre gonzálo y yo.
Se acercó al profesor Héctor, lo apartó del grupo y entre ademanes y palabrerías lo convenció, porque pude notar sonrisas de complícidad entre ellos.
Llamarón a Gonzalo y posteriormente me hablaron a mi, y en cuestion de segundos todo el grupo tenía puestos los ojos en nosotros.Gonzalo era...fanfarrón, muy creído, se había hecho de un grupo como de seis compañeros del grupo a los cuáles siempre los metía en problemas, en una ocasión mientras hacíamos una actividad deportiva en la clase de Educación Física, tomó las prendas de algunas compañeras y en un descuido general las metió en las mochilas de otros compañeros varones, era al parecer hijo de un militar, y eso le daba cierta seguridad.
Además se notaba que se sometía a sesiones rigurosas de ejercicio. Se encargó de divulgar en el grupo que el más beneficiado con aquel malogrado pleíto había sido yo, pues de lo contrario me hubiese hecho pedazos.Nancy tomó la palabra y con su peculiar forma de hablar, empezó su discurso, nos invitó a que nos diéramos la mano en señal de amistad, estreché la mano de Gonzalo y sentí su saludo no muy sincero, en cambió yo apreté su mano y le dí además un abrazo.
Todo el grupo aplaudió y pude sentir que muy en mi interior sentía deseos de llorar, sentí un calor que inundaba mi rostro y transfiguraba mi ser.De pronto recordé que Leticia me había mandado un mensaje con una compañera de grupo, y me citaba en la fonda de Doña Rosa, me apresuré a guardar mis útiles en mi mochila, pués sólo me quedaban unos minutos para la cita. Noel, Francisco y José Luís me siguieron, y caminamos juntos hacia la fonda, al llegar me separé de ellos y fui directo a la mesa donde ya me esperaba Leti.
Estaba guapísima aquel día, ella al ver que me acercaba se levantó de su silla y me recibió con un beso, me abrazó y sentí nuevamente su respirar tan cerca de mí, ya me había acostumbrado tanto a sus arrebatos que ya no me causaban tanta pena.
Me di cuenta que ya había pedido el desayuno.
Ví a mis amigos sentados allá en nuestro eterno lugar, había en mi interior una mezcla de alegría y de tristeza a la vez, alegría; porque Leticia llegó a mi vida a darle presisamente sentido a mi vida; tristeza; porque sentía que cada vez se acercaba màs el momento de abandonar todo aquello donde había sido tan felíz.Llegó nuestro desayuno. Leticia inició la conversación y me dijo: Daniel tengo algo que decirte, lo dijo de un modo,¡tan peculiar! que presentí lo peor, ella notó que me había puesto pálido y muy serio, y trató de tranquilizarme diciéndome que no era nada de cuidado, esto que te voy a decir; continúo, no es mas que decisiones de mis padres Dani, por cuéstiones de trabajo a mi papá lo moveran de lugar, es decir nos tendremos que ir de aquí, a ¿dónde? aún no lo sé, ¿cuándo...? tampoco lo sé,
yo la escuchaba pero sin entender lo que me decía.
De pronto perdí el apetito, sentí de pronto a la altura del estómago un golpe, como una descarga eléctrica.Los ojos de pronto se me habían opacado, y es que una lágrima amenazaba con salir.
Leticia continúo diciendo, no había querido decirtelo para no entorpecer tus planes y para no preocuparte, pero...Tomó mis manos entre las suyas, y me dijo: el Sábado voy a ir con mis papás a zipolite, y...¿ que crees? ¡les he pedido permiso para que me acompañes a recorrer la playa.! ¿aceptas?
---- ¡claro que sí.!
Lo dije tan despacio que, Leticia notó mi turbación. Ese día después de desayunar regresamos a la escuela cada quién con su grupo.
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BAJO LA SOMBRA DE UN RECUERDO
Teen FictionDaniel, un adolescente con sueños de triunfar como futbolista profesional, pone todo su empeño en lograrlo, pero de pronto se encuentra inmerso en el amor, sentimiento que como adolescente que es; viene a cambiar toda, ó parte de su vida. descúbre...