Capítulo 8

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Daniel no se había dado cuenta que ya la tarde caía, sentado a la sombra de aquel frondoso árbol de Huanacaxtle;
el mismo que muchas veces lo cobijo durante su descanso después de un partido de futbol.
Ahora cobijaba también sus recuerdos.
Esos recuerdos que lo seguían atormentando.
Y no eran recuerdos gratos y placenteros, si no; todo lo contrario, eran dolorosos.
Recordarlos era para Daniel, como arrancar una venda de una herida aún abierta.
Una y mil veces se había prometido "ya no pensar en ellos"
Y es que; como olvidar aquella tarde en casa de Venancio, cuándo mientras pláticaban de cursilerías pasadas, él tomo entre sus manos las de leticia, y ella dejo caer sobre sus hombros su cabeza, y sentir el contacto del pelo de Leticia, que acariciaba sus mejillas. Eran para Daniel sensaciones desconocidas.
Aquellos momentos sublimes en los que no hacía falta una caricia cargada de deseo pasional.
si no, todo lo contrario. Era un amor limpio, un amor de adolescente.

¡Oye Daniel.! Dijo de pronto venancio;
¡tú hibas a comentanos algo!
Lo dijo: ¡sonriente.!
¡Anda, cuéntanos! ¡platícanos!
Daniel se le quedo mirando a Leticia y ésta con un movimiento de cabeza dió su aprobación. Pero al ver que no se animaba, ella tomo la palabra.
Pasa que aquí este chamaco el próximo fin de semana nos abandona, porque se va a jugar a Hidaldo, ó ¿no es así Dani?
¡bravooo! Dijeron los demas, aplaudiendo.
Quedaron muy formal en ir a despedirlo a la terminal para desearle mucho éxito.

Los días fueron transcurriendo entre entrenamientos y las visitas a su novia fueron menos frecuentes.
Daniel se levantaba a las 6 de la mañana y recorría todo lo largo de la playa hasta quedar totalmente agotado, se había trazado una meta y quería lograrlo, ser futbolista profesional.
La partida al Estado de Hidalgo cada vez estaba más próxima, antes había que reunirse con su equipo de Salina Cruz y para esto Daniel tenía que viajar hasta allá.

El día por fín llegó, Leticia se encargó de reunir a todos los amigos y juntos lo fueron a dejar a la terminal de autobuses "Estrella del Valle"
Una vez ahí, todos se despidieron de él, deseándole mucho éxito, decidieron dejarlos sólos, Leti aprovecho para abrazarlo y darle su bendición y se apartó de los demás, corrió para pararse en un lugar por dónde al salir el autobús de la terminal, fuera la última en levantarle la mano, y así lo hizo, besó su propia mano y sopló en dirección de Daniel.

¡Cuánto lo quiere! Dijo de pronto Noel.
Daniel es un hombre afortunado añadió.

Todos rieron y juntos partieron de aquel lugar.
Notaron que en el rostro de leti había tristeza, y trataron de animarla, fué Francisco el que los invitó a compartir unos helados en la "Michoacana".

Acordaron que se reunirían lo antes posible para festejar el cumpleaños de Nancy, pensando que para esa fecha daniel ya estaría nuevamente con ellos.

Aquella tarde al llegar Leticia a su casa, su mamá ya la esperaba en la sala, ella notó que había ríguidez en el rostro de su madre. Así que se acercó a ella; la besó en la mejilla y le lanzó la pregunta tan necesaria. ¿ que pasa mamá? ¿ hay algún problema con papá?
Leti era la hija menor de 3 hijos, los mayores vivían en la Ciudad de México.

Hacía ya dos años que habían llegado a Pochutla, y al parecer el tiempo de partir nuevamente se acercaba.

Leti ya se había acostumbrado a aquel ritmo de vida, pero ahora era diferente, ahora había algo que la ataba a aquel lugar, por primera vez había nacido y empezado a florecer en ella un sentimiento.

Su mamá guardaba silencio, no sabía como decirle a su niña que tendrían que partir la próxima semana.
siempre había existido en ellas muy buena comunicación, pero ella conocía muy bién lo que había en el corazón de su joven hija, la tomó de la mano y empezó por decirle que irían a la escuela a recoger la documentación que la acreditaba como alumna de tercer año de secundaria, ¡como pasa el tiempo mi'ja! le dijo, ahora emprenderas nuevos rumbos, nuevos amigos... ¡mamá! Dijo de pronto leticia interrumpiendola, ya dime de una vez ¿adonde nos iremos esta vez? No necesitas darme tantas explicaciones, sólo dime si es que lo sabes ¿hasta cuándo vamos a estar así, mamá? Doña Patricia abrazó a su hija y lloraron juntas, no sabía que contestar.

La separo poco a poco de ella, sin soltarle las manos le dijo: Leti, es necesario partir de aquí nuevamente, te prometo que esta vez será la ultima vez que lo hagamos, regresaremos a México.
Allá continuaras estudiando, por ahora ve a tu cuarto y trata de calmarte. Leticia se dirigió a su habitación, por primera vez no sonreía, lloraba en silencio; queriendo con sus lágrimas ahogar sus juveniles penas.

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2019 ⏰

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