Con el paso del tiempo,las horas,los días cayeron sobre mi como un agua sucia,espesa y fétida. El papeleo,las visitas,las cajas. Y los funerales. Y ahora,lo peor de todo. El silencio.
El silencio era mi mayor enemigo. Y pasaba los días afrotandolo,soportandolo voluntariamente. Incapaz de hacer otra cosa.
A veces me acercaba al teclado negro de la puerta. Lo encendía. Y escribía su nombre en la pantalla táctil. Dirección desconocida,por supuesto. Ya no existía ni Jane,ni Terry,ni Merry en la lista de direcciones de la puerta. Ninguna calle existía con esos nombres. Sólo mi universo entero,eso es todo.Recibí la primera llamada una semana después de haber tratado de poner sus nombres en la máquina. Un operador del servicio de calidad. Rompí a reír cuando me hizo la pregunta fatal de "¿está usted satisfecho con nuestro servicios?".
Respondí que no. Estaba muy descontento. Entre dos risotadas que comenzaron a volverse histéricas a causa de los sollozos que se entremezclaron,alcancé a pedirle que me enviara las copias de seguridad de mi mujer y de mis hijos. El operador me deseó educadamente buen día y me dio el pésame.
Recibí una segunda llamada,del mismo operador,tres días más tarde. Esta vez no me soltó ninguna de esas tonterías de frases hechas.
Me preguntó cuándo había utilizado Jane la puerta por última vez. Si había habido algo diferente,algo especial,lo que fuera.Entonces le conté lo del corte. Lo de la tirita con estampado de cabezas de ositos. Me dio las gracias y prometió mantenerme al corriente.
Dos horas más tarde la Puerta-T sonó. Acepté la visita y me acomode en mi sillón. El hombre que apareció era bajo,con el rostro preocupado como el de alguien que no esta completamente seguro de hacer lo correcto. Se presentó. Erick,del servicio técnico. Cogió una silla y me habló despacio durante una hora.
Me habló de otros "casos"en los que parientes habían contrario enfermedad que les devoraba literalmente desde el anterior. Que pensaba que la Puerta-T era responsable de esas muertes.Que algo cambiaba cuando se utilizaba con demasiada frecuencia durante un largo periodo de tiempo. Que las personas eran diferentes,físicamente hablando,una vez reconstruida en destino.
Asentía,yo sabia o adivinaba todo aquello.
Después me habló de la memoria de la máquina. Su almacenaje,su seguridad interna y externa. Señaló mi puerta. Y me dijo de la forma más sencilla posible que mi mujer y mis hijos todavía estaban dentro. Que existía una seguridad para impedir el acceso a dicha memoria y utilizarla para intentar " reproducir" a alguien. Pero que como técnico el no creía esa historia. Una parte del mecanismo de la puerta estaba enterrado bajo el umbral. Una especie de depósito para desechos de funcionamiento que debía vaciarse una cada dos años según la garantía. No quiso contarme más,pero me reconoció que necesitaba ese depósito si quería volver a ver a mi familia. En el estado en el que estaba la última vez que habían cruzado la puerta.
Podría haber dicho que no creía en ello. Que era escéptico. Pero me encontraba en tal estado de decrepitud moral que si hubiera pretendido llevar la palabra de Dios le hubiera creído sin esfuerzo.Perdón por los errores ortográficos.
Por favor podrían darme una estrellita🌟 o comentar.Nos vemos😘