Eternidad...

Volvió...

-Eddie, suéltame necesito trabajar-

-no puedo Darling, tenía horas sin verte...-

-Eddie...-rio divertido-fueron solo dos horas-

-aun así te extrañe-

El pelinegro comenzó a besar el cuello de su esposo, quien se estremeció placenteramente.

Y hubieran continuado, de no ser por el timbre de su casa.

-yo voy Darling-

-gracias Eddie-

Su esposo era muy atento y cariñoso.

Y parecía no importarle su condición actual.

-Waylon, son de Murkoff, te buscan.-

-Paul bienvenido, es bueno volver a verte-

-Waylon, lamento molestarte con...-

-seremos breves Park, queremos que revises este expediente y nos digas donde esta Trager...-

-Richard volvió...eso es imposible...-

-sabemos que trataste con él varios años, que puedes contarnos de él...-

-es mejor que se sienten, iré por mis viejos informes...-

Mientras Waylon arrastraba su silla de ruedas por su casa, Paul y Pauline le siguieron.

Era obvio que habían llegado al lugar correcto.

*

*

*

-es bueno verte despierto, debes tener hambre verdad-

Miles solo asintió levemente.

Se veía algo confundido.

Tocaba todo y observaba con gran detenimiento.

Como un niño pequeño descubriendo el mundo.

-que quieres de comer Miles, preparare lo que tú desees-

El no habla.

Al menos no aun.

Solo se comunicaba señalando las cosas, o con pequeños y suaves sonidos.

-qué te parece un puré de papas y un poco de agua-

El solo asintió.

Y relamió sus labios ante la promesa de un delicioso plato.

Aun me niego a darte sólidos, quiero que tu estomago se acostumbre.

Como un bebé que prueba por primera vez alimentos.

-quieres acompañarme mientras cocino, o tomaras otra siesta-

Tu solo señalaste tu cama.

Así que yo fui a la cocina.

Dejando a Miles viendo la televisión.