Ya no más....

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Este lugar es tétrico y viejo.

Parece abandonado, lo mires por donde lo mires.

Polvo en todos lados.

Telarañas

Y quizás lo peor.

Sangre...

Lo cual les daba a entender que esa peste no era solo por lo viejo del edificio.

Todo eso les helaba la sangre.

Pero los habían enviado a investigar las desapariciones.

Así que terminarían su trabajo y volverían a casa.

Ambos tenían familia.

-John mira-

Su compañero señalo el sótano.

Con algo de nervios bajaron al oscuro lugar.

Y quedaron helados ante la visión que encontraron.

Pilas y pilas de cuerpos amontonados.

Pudriéndose desde hace ya bastante tiempo.

Estaban por salir corriendo.

Cuando el sonido de un disparo y unos enormes y filosos dientes, detuvieron todo su escape.

*

*

*

-esa canción siempre me recuerda a mi Darling-comento Eddie tratando de romper la tensión.

-es nuestra canción-susurro Waylon, con un hermoso sonrojo en sus mejillas.

-sonaba la noche que te conocí-

-tú te veías tan guapo esa noche, tus ojos hacían juego con tu corbata de moño-

-jamás me contaron esa historia-comento curioso Frank.

Waylon por primera vez en su vida le sonrió.

-fue durante un baile del trabajo, yo trabajaba para Andrew entonces, y él nos obligó a ir.

Yo no quería ir, estaba listo para escapar en cuanto Andrew se descuidara.

Pero al intentarlo choque con este chico grande en la entrada.-se burló mientras lanzaba un beso a su esposo.

-yo solo había ido por invitación de Chris, el deseaba ir a ver al nuevo enfermero con el que salía hacia un mes.

Sabía que en cuanto lo viera yo quedaría solo.

Así que cuando eso paso trate de irme, pero un ángel rubio choco contra mí.

Si lo hubieras visto esa noche Frank, Waylon tenía la sonrisa más hermosa que he visto en la vida.-

-y tú los ojos más brillantes y azules que jamás vi-

-si ambos se iban, como terminaron juntos-interrumpió Frank.

-Andrew me descubrió tratando de irme, iba a regañarme cuando Eddie lo interrumpió invitándome a bailar.-

-se notaba que Waylon estaba nervioso, así que quise distraerlo-

-creo que estuvimos dos o tres horas bailando-

Frank sonrió ante la tonta mirada de enamorados de ambos.

Nadie podida dudar del amor de ambos.

Y era algo que le alegraba.

Hacía años que conocía a Eddie, y había visto el cambio de Eddie desde que conoció al rubio.

Debía admitir que el rubio le agradaba.

Le gustaba molestarlo, sí.

Pero eso no significaba que deseara que algo malo le pasara.

Tampoco lo había deseado con Upshur.

Él le agradaba entonces, de hecho muchas veces compartieron el almuerzo.

O bueno él se lo quito a Upshur, pero este solo bromeaba y se lo regalaba.

Fue por ello que le molesto ver lo que Trager le había creado, y su furia fue peor al escuchar que le llamaba Miles.

Esa cosa no era Miles Upshur.

Ese monstruo no era ni siquiera humano.

Y él no permitiría que siguieran jugando con Miles o su memoria, y el recuerdo de esos deliciosos almuerzos que compartieron.

*

*

*

La primera vez que vio aquella casa sintió un escalofrió helarle la sangre.

Era una horrible sensación entre nauseas, miedo e ira.

Saber lo que le esperaba dentro.

La expectación de volver a enfrentar a Richard Trager.

Había un nudo en su garganta.

Sabía que nunca podría escapar de este encuentro.

Lo había intentado una vez y todo salió mal.

Ahora debía volver a enfrentar su pasado.

Richard debía ser detenido.

Ese demonio debía ser eliminado.

Aunque eso le costara la vida.

El no permitiría que dañaran a los que él amaba.

Ya no más.

Eternidad...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora