Todo estará bien...

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-todo estará bien Miles, te amo y voy a cuidar siempre de ti-

La voz de su amado esposo fue lo último que escucho.

Aun podía hacerlo, pero no entendía nada.

Su mundo era ahora oscuro y siniestro.

Llevaba tanto tiempo recostado en una cama, sin poder abrir los ojos.

Consciente de lo que pasaba.

Chris...

Porque no has venido hoy...

Te necesito tanto...

Deseo tanto escuchar tu voz.

Me gusta que me hables.

Me ayuda a no tener miedo...

Pero hoy no has venido...

Te cansaste de mi acaso...

No...

-vaya, la bella durmiente que espera el beso de su amor verdadero-

Reconozco esa voz...

Que hace ese idiota aquí...

-tranquilo amigo, pronto estarás bien...por ahora me han pagado una buena pasta para llevarte a ver a un viejo amigo tuyo-

No pude hacer nada para detenerlo.

Ese maldito simplemente desconecto todo, y me llevo.

Yo solo podía escuchar como hablaba de lo que me harían...

Y solo podía pensar...

Chris ayúdame...

*

*

*

-entonces tienes idea de donde se oculta Trager-

-Miles sabría que hacer...-

-Chris lo siento por involucrarte-

-no, es lo mejor...si me hubiera involucrado la última vez Miles no...-

-eso no fue su culpa señor Walker-dijo Paul-fue ese maldito de Blaire y de Trager...-

Chris sonrió ante las palabras de ese hombre.

Era extraño tener que volver a revivir esta pesadilla.

Pero sentía que era su obligación hacerlo.

La última vez trato de usar la salida rápida, y ahora Miles estaba en la cama de aquel hospital.

Así que esta vez haría todo bien, y junto a Gluskin y Park se encargarían de Trager y Blaire.

Ya era hora de que esos bastardos se pudrieran en la cárcel.

-debo volver al hospital, Miles debe estarme esperando-

-deja que te lleve-se ofreció Gluskin.

-yo también iré con ustedes, aún tengo un par de preguntas para Walker-dijo Pauline.

Los tres entraron en el auto de Eddie, mientras Waylon y Paul se despedían desde la puerta.

Paul también tenía algunas dudas, y alguien debía cuidar a Waylon.

*

*

*

-Miles ¿Dónde estás?-

Miles llego corriendo hasta la entrada en cuanto le escucho.

Estaba por besarlo cuando noto algo alarmante.

El brazo de su amado se estaba descosiendo.

-¿Qué te paso?-

Miles solo se acercó hasta acurrucarse contra él.

Se notaba adolorido y asustado.

-vamos a mi oficina, podre ayudarte en ese lugar.-

Con cuidado lo cargo hasta su escritorio.

Tomo sus utensilios y comenzó a cocer la herida.

Pero cuando estaba por terminar, un diminuto objeto llamo su atención.

De entre la piel y el musculo, una pequeña bala fue extraída.

-¿Quién te hizo esto Miles?-

Su amado solo señalo el sótano.

Antes de dormirse.

Su pequeño había sido herido.

Y alguien pagaría por ello.

Tomo su bolsa de trabajo y bajo al sótano.

La sonrisa que se formó en su rostro no tenía precio.

Un hombre con una pistola, yacía herido en medio de la sala.

Sangrando y gimiendo.

En cuanto le vio rogo por ayuda.

Y claro que se la daría...

Claro que lo haría.

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