001

523 62 28
                                    

20 años atrás

Hacía tanto tiempo que no se daba una situación similar, que incluso a ellos mismos los tomó por sorpresa. Choi Sung Ho era un alfa lobo, pero no solo era el más fuerte sino también el más letal de la manada del norte, sin embargo, como todo en él, también poseía cierta excepción que en su momento causó confusión y de cierta manera miedo para sus allegados. Y todo porque su pareja, no era otro más que Yeo Hyun Soo, un alfa zorro exiliado de la tribu del sur.

El tener una pareja alfa ya era bastante fuera de lo común — aunque al principio la llegada de Hyun Soo a la manada de Sung Ho, no fue una noticia bien recibida —, con el paso del tiempo como solía suceder, la voz del alfa más fuerte se imponía ante los demás. Y por ende todo regresó a la normalidad, hasta ahora.



— ¿Estás seguro? — le preguntó por tercera vez.

— Crees que te estoy mintiendo.

El rostro sumamente preocupado de Hyun Soo, le hizo saber a Sung Ho que no mentía, puede que su pareja fuera de vez en cuando un bromista, después de todo, él, también era un alfa. Lo que le daba cierta soltura y despreocupación al hablarle, inclusive sobre cualquier omega o beta con el que hubiera tenido alguna conversación con anterioridad.

— Y bien... ¿Qué vamos hacer? — Hyun Soo preguntó.

— No podemos decirle a nadie, no sé cómo se lo pueden llegar a tomar... Esto es...

— Diferente. Lo sé... — Hyun Soo lo interrumpió — Yo también tengo miedo.

Aquel sentido de protección innato de Sung Ho se hizo incluso más fuerte, sobre todo porque no todos los días uno se entera de que va a hacer padre, y menos de lo que ellos llamaban un alfa Pura Sangre o al menos eso era lo que esperaban, ya que no estarían seguros hasta no ver a su hijo o hija. Algo sumamente raro y extremadamente especial de ver. Dado el hecho de que los Alfas no podían engendrar hijos con otro Alfa y menos si este no era de la misma especie. Pero había ocurrido y ambos padres estaban entre felices y asustados por ese mismo hecho.




Ocultar el vientre de Hyun Soo fue el menor de sus problemas, dado que, aunque para los primeros meses podría pasar inadvertido con algo de ropa con holgura, el olor que emanaba de él comenzó a provocar que los betas y demás omegas que estaban bajo la protección de Sung Ho, comenzaran a percibirlo con mayor fuerza. Así que la única solución fue aislar completamente a Hyun Soo, y no dejar que absolutamente nadie se le acercara.

Eventualmente el día del alumbramiento llegó y, aunque Sung Ho había tratado de tener todas las precauciones pertinentes para ello, la noticia de que un grupo de forasteros se atrevieran a pisar sus tierras, le provocó dejar solo a Hyun Soo por un par de horas, ya que una de las facultades que debía de cumplir como alfa, era la protección de su manada.

Así que no tuvo más remedio que confiar en un omega que ya había tenido crías con anterioridad, para que ayudara a su pareja con el alumbramiento.

—... Si entiendes la complejidad de lo que te estoy pidiendo ¿verdad? — habló Sung Ho con su voz de alfa, aquella que además de imprimirle sumisión le estaba otorgando una orden.

— Por supuesto, mi señor.

Sung Ho besó la frente de Hyun Soo y acarició su vientre una vez más antes de partir. Necesitaba llegar lo más rápido posible a los límites de sus tierras y solo había una forma de conseguirlo. Salió de la cabaña en que la se encontraba el alfa zorro y llamando a sus hombres de confianza, todos comenzaron a desvestirse para transformarse en lobos.

Inopinatum [Keo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora