The Beauty of the beast

El miedo mas profundo

Blake

El trato con los franceses fue un éxito. Nosotros manejaríamos la constitución y puesta en marcha de sus joyerías en América. Habíamos conseguido las mejores ubicaciones en los lugares más exclusivos y estaban encantados con nuestra propuesta de negocios.

Mi primer impulso fue llamar a Donna para contarle. Su teléfono sonaba pero no respondía y pensé que quizás estaría con Camille a esta hora. Llegamos en un vuelo privado porque no quería perder tiempo. Extrañaba demasiado a mi esposa. Ni bien baje del avión tome mi celular. El teléfono de Donna sonó pero no contesto. Ella siempre contestaba, no importara lo que estuviera haciendo, con su hermana o en la fundación ella siempre contestaba. Y solo eso me puso en alerta.

Ya no pensaba que pudiera engañarme, todos esos miedos se habían ido. Ella me demostraba con su cuerpo y sus acciones que era mía en cuerpo y alma y me había hecho suyo.

Así que llame a Milva. Me dijo que había ido temprano a ver a su hermana y luego a la fundación. Llame al hospital. Camille estaba en una sala con atención privada constante, lo mejor que pudiera pagarse para que ella y Donna estuvieran cómodas y atendidas cuando estaban allí y la recepcionista me informo que se había ido una hora después cuando hablo con el médico. Llame a la fundación y la chica de recepción que la conocía dijo que no había llegado aún. Mis alarmas pasaron de amarillo a rojo mientras estaba marcando el número de mi servicio de seguridad entonces llego una fotografía...

Era Donna en una sucia cama de algún lugar, completamente vestida pero atada de pies y mano y una venda en la boca... estaba secuestrada, segundos después el número de Donna apareció en mi teléfono.

_ habla_ dije con furia y dispuesto a todo.

_ tu querida esposa está a salvo por ahora, quiero 20 millones en una cuenta privada en suiza y quiero el código de acceso. Si llamas a la policía muere, si avisas a tu servicio de seguridad muere, si intentas rastrarla olvídalo quite el rastreador de su teléfono, cualquier truco bajo tu manga olvídalo Castellrock o ella morirá, tienes dos horas_ y me corto

No hacía falta que preguntara quien era. La voz de Richard era inconfundible. Maldito bastardo.

Tome mi otro teléfono. Uno de seguridad que solo se usaba para casos de código rojo.

_ Mark tenemos un problema..._

Solo esperaba que Donna recordara...