Capítulo 2

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El anillo era un recordatorio de uno de los mayores fracasos de mi vida, había tomado por costumbre sacarlo de la caja de seguridad y sostenerlo mientras tomaba descansos en el diseño de mi nuevo rascacielos, estaba seguro de que ya no la amaba pero de alguna manera no dejaba de añorarla, era una mujer de fuego, recordaba haberme dicho eso la noche en que la conocí Hermione era candela pura completamente distinta de Astoria.

-Miami 6 años atrás-

Estaba tomándome unos días acababa de conseguir un gran proyecto para mi firma y  hacia poco menos de 2 años que Astoria el amor de mi vida mi eterna novia me había dejado en el altar sin ninguna explicación, y ahora era un don juan me había dedicado a tener aventuras de una noche sin importancia, estaba seguro de que enamorarme de nuevo no valía la pena. Miami era el lugar perfecto para mi, me gustaba sentarme  a ver a las mujeres desinhibidas, atrevidas, coqueteandome descaradamente moviendo sus caderas al compás de los ritmos caribeños, tanteando, esperando a que diera el paso.

Llegó un pequeño huracán con un short de mezclilla  un top marinero rojo con blanco y su cabello castaño al viento pidiendo unos shots ardientes, me quede mirándola mientras esperaba impacientemente y cuando llegue a la barra se bebió mas de 5 shots, se los bebió con rabia y pidió más sabía que la quería a ella junto a mi y me ofrecí a pagar la siguiente ronda.

—Carga a mi cuenta lo que ésta dama desee beber.

—Estoy bastante crecidita para poder pagar mis tragos sola.

Se bebió el último shot y lanzándome una mirada asesina empezó a caminar hacia la playa, la seguí a una distancia prudente pero se dio vuelta hecha una furia.

—Bueno ¿es que no puedo emborracharme en paz? ¿porque coño me sigues? ¿crees que no se que te interesa llevarme a tu cama? Pues no va a pasar,  vuelve a cazar taradas con poco aguante etílico y a mi déjame tranquila.

Recuerdo poner mis manos en modo de rendición y sonreir.
—Oye calma, sólo quiero asegurarme de que estés bien.

Se recostó en la arena y escaneándome con la mirada soltó un bufido
—El caballero de brillante armadura, que basura, no es más que un acto. Aunque pensándolo bien si quieres asegurarte de mi bienestar trae alcohol y mucho.

—¿Como voy a saber que no vas a salir corriendo?

—Estoy tirada en la arena mirando al infinito, no hay nada mejor que eso.

Fui por Whisky y una cubeta de hielo, cuando regresé estaba completamente entretenida mirando las estrellas. La recorrí con la mirada su piel estaba ligeramente bronceada y su escote dejaba ver algunas pecas, tenía curvas y unas piernas terriblemente largas para ser pequeña.

—Puedes dejar de mirarme, además el Whisky que traes no va a servirse solo.

Serví los tragos y esperé a que dijera algo lo que fuera. Pero no habló se limitó a beber hasta que su teléfono empezó a sonar y a sonar y su rostro tranquilo cambió se levantó agarro el teléfono tomó impulso  y lo tiro al mar mientras recitaba un montón de palabrotas.

—¿Quieres hablar de eso?
—Trajiste el trago lo menos que puedo hacer es entretenerte con mis desgracias.

Le sonreí mientras la veía sentarse en la arena de nuevo y empuñaba la mano con la que no sostenía el vaso.

—Hoy debía estar probándome y recogiendo mi vestido de novia. Iba a casarme en unas semanas.
—Lo siento.
—No lo sientas, siento haber perdido mi tiempo con un idiota que rompió conmigo por un mensaje de texto.
—Ouch que imbécil, pero ¿donde está el anillo?
—Lo vendí y me lo he estado bebiendo. Así como los tiquetes y el vestido, soy toda una negociante, mi problema resultó ser muy lucrativo.

—Si te hace sentir mejor a mi me dejaron en el altar, todos en la iglesia listos y ella nunca llegó, ni siquiera una explicación.
—wow que perra.

Ahogué una risa, me pareció completamente adorable y sólo quería abrazarla.No hablaba de Astoria, su abandono me había destrozado por completo pero esa desconocida me había contado su pena así que porque no contarle la mía, ya no amaba a Astoria me había costado mucho dejarla ir pero lo había logrado, sin embargo su partida sin explicación era una herida aún abierta.

—Por favor acompáñame a mi mesa.

—Está bien, sólo con una condición: que brindemos por los idiotas y las zorras que se nos han cruzado en el camino.

—Salud, entonces.
Y empezamos a reírnos a carcajadas

—Soy Draco.
—Hermione.

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He aquí el segundo capítulo de este Dramione, sigan disfrutandolo. Mil abrazos

Always & forever untilforever ends.

Jules.

Broken (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora