Capitulo 3

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Odiaba esperar, en ocasiones mi impaciencia me ganaba pero no podía controlar el retraso del vuelo, la inactividad me hacía pensar. Podía ver desde la sala de embarque el skyline de los edificios y suspire, alguna vez había amado la ciudad con su caos, sus rascacielos, su colorido, sus interminables filas de turistas, pero ahora era solo un mal recuerdo y evitaba venir lo que más pudiera, todo me lo recordaba a él su apariencia fría era un calco de la ciudad y su mirada grisácea evocaba la imponencia del lugar.

Mire mi mano libre de ataduras y me pregunté si había tirado el anillo al caño o peor si se lo había dado a ella, a esa mujer, el fantasma que nunca pude hacer desaparecer y que se había convertido en una realidad junto a una de mis peores pesadillas.

Que tonta había sido; aquella vez en Miami tenía rabia Harry era un buen partido, apuesto, inteligente y tenía un futuro político asegurado cortesía de su padre, un tipo
corrupto que llevaba años aferrado a un cargo que pronto iba a pasar a manos de su hijo, Harry solo quería hacer las cosas bien cuando lo conocí, soñaba con hacer del mundo un lugar mejor, lastima que la sed de poder pronto lo atacó y se convirtió en una versión no muy agradable de sí mismo, mis letanías sobre los derechos humanos ya no le divertían y el desagrado que su familia sentía por mi por no ser parte de la élite lo invadió y aunque habíamos construido una historia y la habíamos defendido contra todo pronóstico mientras viajaba a Nueva York para la prueba final de mi vestido de novia me envió un adusto mensaje de texto que decía:

Se terminó - puedes conservar el anillo

Quise llamarlo pero en lugar de eso me sentí aliviada, molesta pero tranquila él había hecho lo que yo no tuve la valentía de hacer así que busque a alguien que quisiera un boleto de última hora de Miami a Nueva York, se lo vendí y llame a la tienda de novias pidiéndoles cancelar la cita y regresar el vestido, salí del aeropuerto y tome un taxi hasta una tienda de empeño y vendí el anillo, tome la decisión de quedarme un par de días antes de volver a mi realidad compré algo lindo para la noche y me dispuse a ahogar mi pena.

No bebía regularmente pero crecer rodeada de primos varones irlandeses con un apetito insaciable por la cerveza me habían dado un aguante etílico impresionante, y ahí estaba yo sentada en la barra de un bar con mi teléfono apagado después de haber dado una explicación muy vaga a mi madre y una infinidad de posibilidades frente a mi. Cuando un guapísimo hombre se ofreció a pagar mi cuenta me recordó todas las veces que Harry pagaba o decidía por mí en un restaurante, me llene de ira y me fui hacia la playa con el pisándome los talones, recordé gritarle y luego tirarme en la arena a ver el cielo mientras dejaba que el sonido de las olas me tranquilizara, encendí mi teléfono y solo sentía el tono de las notificaciones una y otra vez no entendía para que me quería contactar , me bastó ver la pantalla y el mensaje no vayas a venderla para levantarme y lanzar el teléfono lejos, Harry había hecho suficiente y estaba segura de que me llamaba para que no se me ocurriera vender la historia a los tabloides, en ese momento entendí que el Harry que había conocido aquella vez en mi último año de universidad se había esfumado para dejar en su lugar a un imbécil inescrupuloso y sin el más mínimo remordimiento o respeto por nosotros.  Cuando volví el hombre guapo me esperaba en su conjunto blanco y zapatos demasiado elegantes para la playa y le conté lo sucedido a lo cual el respondió  contándome una historia triste y nos reímos era un sonido de ensueño, recuerdo que me tomo de la mano y me llevó a su mesa.

—Así que abandonados en el altar. Bueno al menos no acabamos casados con un par de no muy agradables personas.
—En eso tienes razón, fuimos afortunados. Lo mejor de todo es que salimos victoriosos de ambas situaciones.
—Claramente por eso estás tratando de conquistarme para llevarme a la cama así como lo haces siempre o me equivoco.
—Lo dice la mujer que vendió su anillo de compromiso para bebérselo en una noche.
—Que par somos, al menos tenemos un buen sistema de defensa, nada que un baño con agua helada no pueda curar.
—Salud Hermione.
—Salud Draco.

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Holaaaa aqui estoy con el tercer capítulo de este Dramione, espero que lo disfruten.

Always & forever until forever ends.

Jules

Broken (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora