Capítulo 30: ¿Una guerra más?

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Natasha POV:

Podía sentir como mi cuerpo comenzaba a encenderse lentamente, luego de haber tomado una siesta, se sentía como nacer de nuevo. El ataque de Ultron, no fue como otros combates, él me atacó de manera indirecta, pero era el destino que el arma atravesara parte de mi cuerpo. Necesitaba tiempo para reflexionar sobre todo, al final yo no era invencible, ni indestructible como algunos pensaban. Era más frágil de lo que pensaba, pero eso no me hacía menos, y ahora recién lo estaba entendiendo, gracias al hombre que estaba apoyándome desde mi lado. Se notaba cansado, me pregunto si habrá estado todo el tiempo ahí, tenía el conocimiento de lo obstinado que podía llegar a ser. 

Me dispuse a  mover ligeramente una de mis manos hasta uno de los brazos del científico, y pasar esta de manera suave como una caricia, para finalizar con una palmadita, que logró moverlo de forma leve, bueno algo era algo.

Narradora POV:

Los intentos de Natasha para levantar a Bruce no eran suficientes, así que no le quedó otra opción que hablar.- Oye dormilón, el sol ya está saliendo. -Comentó con un tono algo divertido y algo alto para que lo escuchara. Si algo lo caracterizaba al pelinegro, era por sus oídos algo sensibles. El hombre se despertó con una pequeña sonrisa y aún somnoliento, dirigió su vista hacia la pelirroja, que se hacía a un lado de la camilla para que él pudiera entrar.

¿Estás segura? -Preguntó preocupado, no quería realizar algún acto que pudiera lastimarla, pero la mujer quería tenerlo cerca. Y esta era la mejor idea. Así que, haciendo caso, se acostó a su costado y se acomodó. Lo primero que hizo fue arreglar un mechón rojizo travieso que se deslizaba por el fino rostro de ella, y esbozar una sonrisa, realmente estaba bien, recuperándose. En un momento, pensó que podía perderla, pero aquí estaban, compartiendo una camilla, y viéndose como si se tratara de un paisaje extremadamente bello.-

Perdón por hacerte pasar un mal momento. No debiste pasar todo el tiempo aquí. -Lo decía, por más que si la situación se repitiera, el hombre lo haría una y otra vez más por ella, era un terco y obstinado.-

De hecho, Tony hizo que saliera un rato, pero volví. Ya sabes como soy, estaba preocupado, nadie lo vio venir. -Acarició la mejilla de la pelirroja con delicadeza, viendo atentamente como ella dejaba reposar el rostro en su mano, lo necesitaba, de su tacto y protección, por más que haya demostrado más de una vez que podía cuidarse por si sola.-

Lo sé, lo sé. ¿Sabes? Voy a matar a ese maldito bastardo. -Movió una de sus cejas, esbozando una pequeña sonrisa. Después de todo, aun estando delicada, ella no dejaba de ser Natasha Romanoff.

Esa es mi chica. -Amplió su sonrisa, para que después la fémina hiciera lo mismo y ambos se acercasen el uno al otro para plantar un beso en los labios, un beso suave y tierno, que ambos disfrutaban. El sentir la textura de los labios ajenos era el mejor manjar que jamás probaron. Pero como todo, nada es perfecto, y la falta de aire se hizo presente. Pero eso no dejó que el momento mágico desapareciera.-

Ambas miradas volvieron a cruzarse, una más blanda que la otra, pero el mensaje era el mismo. Amor. Nada más que eso.- Hmm... te odio, Bruce. Me has hecho transformar en toda una sentimental. Algo que juré destruir. Pero apareces y cambias todo, e incluso puedo admitir que estoy siendo cursi, ahorita. Diablos. Pero después de todo, te quiero y te agradezco por lo que has hecho por mí.

Bruce POV:

Me había quedado perplejo por unos cuantos segundos, realmente sus palabras tuvieron un efecto en mí en ese instante. Luego de lo que había pasado, de que la había dejado. Ella pudo perdonarme a pesar de todo, y pudimos comenzar de nuevo.- Bruce... ¿dije algo malo? ¿es muy pronto? -Su hermosa voz me sacó del pequeño trance.

No, no... -Me apresuro a decir, para después agarrar una de sus manos, entrelazando lentamente nuestros dedos.- Me encanta cuando te pones así, toda sentimental, es una faceta que casi no veo. Pero, que guardo muy bien en mi memoria... Mi Rojita se está ablandando. -Proseguí a desarreglarle el cabello, no sabía el error que había cometido.

-Sentí como unos cuantos dedos se doblaban lento pero doloroso, ¿como es que tenía fuerza, luego todo esto? Que mujer.- ¿has pasado mucho tiempo con Tony? Por favor, cariño, no te vuelvas un idiota. -Sus labios carmines hicieron contacto con los míos en un suave beso.- Bruce... En realidad me encanta tener estos momentos juntos, pero quiero salir de enfermería, me traen ciertos recuerdos...

Narradora POV:

Fue ahí donde el científico se alarmó por cuestión de segundos, al ver como la pelirroja se removió en la camilla.- Nat... El doctor fue muy claro, no puedes salir de aquí hasta mañana. Sé que apesta pero es por tu bien.

Reposó su mano en el cabello de la rusa, repartiendo algunas suaves caricias, se inclinó a besar con total delicadeza su frente, logrando que la contraria cerrara sus ojos y así plantar un beso en sus labios por sorpresa. Lindo y dulce, o bueno eso fue hasta que Bruce sintió como su labio inferior estaba siendo atrapado entre los dientes de Romanoff.- ¿Y eso?

Bruce, puede ser que haya estado débil pero ya no. -Le guiñó un ojo manifestando diversión.- Supongo que debes seguir trabajando en el laboratorio, ¿verdad?

No me quiero ir, Nat, pero debo hacerlo. Hay mucho por hacer. Trataré de no demorarme demasiado, ¿si? -Tomó su mano y plantó un beso en ella, para después retirarse lentamente del salón. El científico desapareció de su vista, prosiguiendo a acomodarse en la camilla. Esto era aburrido, no hacer nada. Para Natasha Romanoff, el estar en tal estado la hacía sentir muy ansiosa, quería ya salir de ahí.

Al parecer no había nadie en la torre, o eso fue hasta que escuchó el resonar de unos tacos, pero realmente no podía identificar muy bien quien era la persona. La única que usaba tacos ahí era Maria Hill, pero ella se encontraba en un lugar algo lejano de New York.

Pero era quien menos esperaba y a quien menos quería ver en estos momentos.- Al parecer la afamada viuda negra se lastimó, me da muchísima pena.

¿Qué es lo que quieres ahora, Ross? Te saqué una vez de este lugar, puedo hacerlo dos veces, querida. -La pelirroja comentó con una mirada fulminante, ahogándose las ganas de estampar un puñete en el rostro.- He venido porque los Vengadores han sufrido una baja, y requieren de mi ayuda.

¿Baja? Disculpa si sueno grosera, pero creo que deberías volver por donde viniste. Mañana me darán de alta. -Mostró una sonrisa ladina algo divertida, al mismo tiempo que se acomodaba uno de sus mechones.-  Me refería a Stark, Romanoff. ¿Que podría hacer de especial una simple agente como tú? Ahora si me disculpas tengo cosas que hacer en el laboratorio, junto al Doctor Banner. -Comentó con ironía y dicho eso, se fue.

Juro que... Voy a reventar esa cara de engreída que tiene. -Dijo en sus adentros, comenzando a inhalar y exhalar tranquilamente. Esto era algo que debía saber manejarlo, ya había empezado una guerra, no tenía tiempo para otra más. Además confía en Bruce más que en ella misma, aunque muy bien sabía que Betty seguía con tal ilusión, pero nada de eso interrumpiría el amor que siente por él.

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Uy una actualización, pidan un deseo. Luego de años vuelvo, because ya extrañaba a mis bebés. No se si sigan leyendo esta historia como antes pero gracias por el apoyo. Estaré mas seguido por aquí porque ajá me he vuelto a enamorar del Brutasha (mucho más). Perdón si hay faltas ortográficas. Si les gustó, denle una estrellita y comenten ideas para ver si puedo realizarlas. Las quiero baiii :3

Atte. No c bro disculpa

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