Capítulo 36: Un Sacrificio

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El umbral del ventanal iluminaba la habitación, la pareja se encontraba ligeramente tapada por una sábana únicamente. ¿Prendas? Creo que después de tanta acción habían desaparecido mágicamente. El hombre de rizos fue el primero en desprender ciertos sonidos de su boca, sus manos rodeaban la esbelta cintura de su hermosa pelirroja que parecía también querer despertarse después de recibir unos cuantos besos en el cuello.

- Que bello amanecer, eh... - Logró decir en hilo de voz la mujer. Giró su cuerpo para quedar cara a cara con su pareja y se acercó a él depositando un beso en el mentón adverso, aun algo somnolienta.

- Bueno, estando tú ¿qué no lo es? - Dispuso a acomodar uno de sus despeinados mechones detrás de su oreja, mostrando una sonrisa ladina.

- Mmm... ¿Romeo eres tú? - Sinceramente no es que no le gustara el romanticismo, de hecho le encantaba que vinieran de parte de él. Pero varias veces no sabía como reaccionar. Y es que Bruce es tan... tierno, dulce, pero a la vez alguien serio y aveces misterioso. Sin duda una combinación rara, pero sumamente encantadora. Al menos para la pelirroja.

- Pensé que... - Tomándose el lujo el hombre comenzó a colocarse con suma delicadeza encima de ella, teniendo una mejor visión de la preciosa mujer. - Recibiría un beso de buenos días.

- Esto es raro... mayormente soy yo la que va arriba. - Se burló, pudiendo ver un ligero sonrojo en el rostro ajeno. - Te puedo dar los que quieras. - Susurró, besando sus labios un par de veces para después volver a la posición inicial.

- ¿Crees que nos habrán escuchado?

- ¿Crees que habrán estado despiertos? Lo dudo. - Comentó Natasha confiada, mientras buscaba a ciegas una camiseta por uno de los cercanos cajones.

- Buen punto. Nat... - La llamó tratando de recobrar el contacto visual entre ambos. Segundos después la mujer se dirigió hacia él, acomodándose una camiseta.

- ¿qué pasa, cariño? - Arrugó su ceño y colocó una mano sobre sus rizos desordenados, tratando de ordenar este, aunque se le hacía imposible.

- Quiero que sepas que haré cualquier cosa para mantenernos a salvo cueste lo que cueste. Pase lo que tenga que pasar.

- Tenemos al equipo, esto saldrá bien. Nadie hará sacrificios, no necesitamos hacerlos.

- En algún momento alguien tendrá que hacerlos... - Comentó, acariciando el rostro con total delicadeza mientras la miraba.

- ¿Por qué me dices esto, Banner? No me digas que te piensas ir de nuevo, porque esta vez me aseguraré de dejarte sin oxígeno. - La mujer no bromeaba.

- Créeme que lo que menos quiero es alejarme de ti. Nunca quise hacerlo. Lo sabes bien... - Deposita un beso en su frente para luego sentarse en la cama y ver a la chica que hacía un gesto como si sospechara algo. - No te oculto nada, lo juro.

- No entiendo porque dices eso. Y espero que no hagas una locura, y si la haces, la haremos juntos. - Tomó su mano, sin despegar su vista por ni un momento, finalizando con un dulce beso en los labios, aunque ese no fuera su estilo. Quería que supiera que estaba para él de alguna u otra manera. - Vayamos a ver que están haciendo... si es que están haciendo algo luego de lo de ayer.

A lo que Bruce no pudo evitar reír, realmente quien creería que esos eran los héroes que salvaban el planeta cada vez que un problema se presentaba.

Ya cambiados decidieron cambiar, donde pudo observar a los demás con terribles aspectos. Parece que la noche no los había tratado tan bien. Soltó una pequeña risa la chica de hebras rojizas ayudando a una castaña que parecía sostener al rubio por la resaca que este llevaba.

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