27 de diciembre de 2016

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Tic tac, tic tac, tic tac. El reloj de la pared hace sonidos muy extraños, como yo, como todo lo que hay aquí. En este lugar tan abatido, tan apagado y absurdo.

Yo sé que aquí pasa de todo, pero que nadie escribe sobre ello; todos van de un lado a otro, de escenario en escenario, comiendo humanos, soñando tornados.

Nadie quiere estar aquí, nadie se siente seguro. Hay demasiados escalones, demasiadas fotografías con sonrisas falsas que se burlan de mi.

No me siento segura, hay un olor a azufre por todas partes, hay risas de bebés que juegan a esconderse detrás de los sillones. '¿Dónde he dejado mi cuchillo?' Se preguntan unos a otros.

Miren, este lugar es un fastidio, este lugar está en ruinas, o en guerra, o en algo. Las personas no tienen cabello, ni les agrada el color negro. Me gritan, se gritan, se avergüenzan de mi.

Éste lugar es horrible, es muy grande, muy torpe, muy rosa pastel. Parece el infierno, pero creo que le llaman hogar.

No es una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora