Dejamos de mirarnos a los ojos y el asfalto se hizo preso de nuestras miradas, en ese momento lo supe, el mundo se está acabando, pero de maneras distintas.
No es que tú fueras mi mundo, pero eras quien lo sostenía, eras quien proporcionaba la lluvia en días calurosos y cuando te fuiste las sequías nos mataron.
Los atardeceres rosas, las brisas de las mañanas, los huracanes, todo pasaba por tí. Sin embargo, en el asfalto, contigo alejándote, ya nada importaba.
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No es una historia de amor
ŞiirNo es una historia de amor, ni de desamor, sólo son una serie de escritos, igual de rotos o vivos, que cuentan una vida entera, que demuestran la cruda realidad de alguien que no tienen ni idea del amor, ni de la vida, ni de la muerte y por eso escr...