Parte III

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Hamish tenía dos teorías de las cuales una era bastante trillada, iría a Baker Street a corroborar sus teorías tendría tiempo de revisar todos los mapas que el tenía en su hogar con la paciencia necesaria, demoro un poco en llegar pues pasó a comprar unas papitas fritas ya que estaba de paso por el local.— Demonio, que buenas son (…) Ahora entiendo por qué le gustan tanto—. Iba caminando por la acera hasta que llegó por fin al 221b , al llegar entro corriendo a zancadas las escaleras de madera forradas de aquella alfombra gris y la señora Hudson le vio pasar tan rápido que no le dio tiempo de saludarlo, a pasos lentos ella subió apoyándose del barandal con una franela en la mano para saber que le traía con tanta prisa; lo encontró husmeando en los cajones de sus muebles, librero y escritorio aventando uno que otro papel y hojas de anotaciones por el lugar.

Sra. Hudson- Que emocionado estás, ¿Qué estás buscando?

Hamish- Mapas…

Sra. Hudson- ¿Mapas de que?

Hamish- De la ciudad señora Hudson, mapas de toda la ciudad.

Sra. Hudson- Creo tener unos allá abajo, si mal no recuerdo tu padre los ocupo para uno de sus casos, quizá te sirvan.

Hamish- Señora Hudson espero viva mil años más.

La señora Hudson se sonrió negando con la cabeza y mano sacudiendo su franela, dijo que le siguiera hasta la cocina para que uno de los cajones ella sacará muchos mapas doblados poniéndolos en su mesa esperando que fueran de la ayuda del muchacho, Sherlock había dejado muchas cosas en Baker Street de las cuales unas eran las que Hamish ocupaba y otras eran las que la señora Hudson se había quedado para el recuerdo o tirarlas a la basura como los frascos llenos de moho y alguna que otra extremidad humana o animal.

Sra. Hudson- Son todos los que tengo, unos tu padre los desecho o se los llevo ya no recuerdo.

Con un beso sonoro que le dejo en la mejilla a la señora Hudson fue su firma de agradecerle por los mapas, ella lo dejo allí mientras se iba a limpiar la sala. Abrió cada uno de los mapas en la mesa de la cocina para asegurarse de que él estuviera en lo correcto y efectivamente, 21 cementerios a la redonda donde Stanley vivía, 21 cementerios de los cuales cualquiera pudo ser del que hayan traído la tierra. ¿Cómo diantres iban a revisar tantos cementerios? Se quedó pensando unos minutos los cuales el se sentó solamente a observar los mapas y las calles de Londres, volvió a tomar su teléfono no era tan temprano como para molestar pero era de tarde donde quizá la gente se encontraba comiendo.

Hamish- ¿Estas ocupada?

Rose- Hola también, no, estoy en la cafetería. Tienes razón la comida aquí es horrible.

Hamish- Necesito que vengas, hoy será una tarde y noche muy largas.

Rose- No puedo dejar mi trabajo la última vez tuve una llamada de atención aquí en el hospital.

Hamish- Tú me has metido en esto y tú me ayudarás o le diré a John que fue lo que le pasó a su repisa en realidad, le gustaría saber la historia de que Zack realmente no sé golpeó y el era el que te estaba “golpeando”  que gritabas como si lo disfrutaras. 

Rose- Creí que no había nadie en casa ese día…

Hamish- Jamás podré borrar tus gemidos de mi cabeza…

Rose- ¡hush! Esta bien, dame un momento e iré para allá, maldito manipulador.

Hamish colgó la llamada riendo un poco por la reacción de Rosie y marco para hablarle a Tom esperando que le contestará de manera rápida.

Los herederos  de Baker Street: Las joyas de la corona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora