Capítulo 7

37 3 3
                                    

           

Enfermos

Vale, la respuesta y reacción de Ed con la noticia de Path no fue muy buena, pero, hizo lo posible por parecer contento con su novio, ¿qué sentido tenía enojarse cuando su pareja era feliz? Ningún sentido.

Ese día en especial fue uno que a Path jamás se le borraría de la cabeza, comenzó con el día, era horrible, lluvioso y sin sol ni nada que augurara un buen día por delante. A Path le gustaban los días soleados y movidos, pero ese día le pareció sombrío y triste.

Ed, como siempre, se fue al hospital a las ocho de la mañana, y Path se levantó a desayunar, recogió un poco el departamento y leyó un libro, la mañana pasó sin contratiempos, hizo la comida y la disfrutó con Ed.

El mal momento llegó con la llegada de una llamada telefónica.

-¿Diga?- preguntó en cuanto contestó-. Mamá, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

Ante esa pregunta Ed se levantó rápidamente y corrió a abrazar a su novio.

-Los gemelos... en el hospital general- su voz sonaba quebrada-. Sí, voy para allá- colgó.

Path no dijo palabra alguna y fue a cambiarse de prisa, Ed, sabiendo que tenía que acompañarlo, lo hizo también.

-¿Qué le pasó a tus hermanos?- preguntó mientras se abotonaba la camisa.

Path negó repetidamente, trastornado-. A uno se le rompió el brazo, a David, el de los ojos verdes, y a Sebastián, el de ojos azules se le dobló el pie... al parecer estaban jugando y se les pasó el rollo de las luchas, terminaron cayéndose de la litera.

Ed hizo una mueca-. Lo siento, cariño, lo bueno es que ya están en el hospital.

Asintió-. Mi madre estaba llorando cuando me llamó.

-Ya sabes, Path, una madre es capaz de sentir el dolor de sus hijos, aunque sea físico, es lo que las hace especiales.

-Lo sé. Pero bueno, ¿quieres acompañarme?

-Ya sabes la respuesta.

-Vale, vámonos.

Una hora después llegaron al hospital, Path algo estresado por el tráfico de la ciudad, a esas alturas, lo único que deseaba es que a sus hermanos los hubieran atendido rápido.

-No te preocupes, todo estará bien- le calmó un poco Ed, tomándolo de la mano.

-Gracias.

Alicia estaba sentada en una silla de espera, siendo abrazada por Bruno.

-Mamá- dijo en cuanto se acercó a ella-. Perdón por llegar tarde, pero es que el maldito tráfico...- suspiró-. Ya sabes como es.

Path miró a su alrededor y entornó los ojos, varias personas corrían como locas de un lado a otro mientras los doctores arrastraban una camilla, del otro lado, una pareja lloraba desconsoladamente ante la posible mala noticia de un doctor, intentó calmarse, si su madre no iba a mantener la calma, él sí. Cerró los ojos y respiró. Alicia seguía llorando.

-Mamá, vamos, ya no llores- se sentó a su lado y le dio un cálido abrazo.

-Pero como no voy a llorar si tus hermanos están ahí dentro.

Le dio una leve sonrisa-. Mira, mamá, no están siendo operados, tampoco tienen cáncer, ese tipo de lesiones se cura con un yeso y el cuidado de una gran madre como tú.

Miró a Ed levemente quien le observaba con atención, con una mirada de orgullo y como si mirara a la cosa más tierna del mundo.

-No quiero parecer despreocupado, también lo estoy, pero no podemos sentirnos mal y llorar, los niños a veces aprenden de lo que les pasa, si saben que hacer lo que hicieron trajo consecuencias muy dolorosas pues jugarán a otras cosas, además, si te ven así se sentirán más mal de lo que se sienten, nos necesitan, te necesitan.

Su madre lo miró y asintió, con el dorso de la mano se secó las lágrimas y se esforzó por hacer una sonrisa. El celular de Ed sonó y le hizo una seña a Path para decirle que contestaría, a lo que su novio asintió.

Por el bullicio, se alejó unos cuantos metros y se tapó el oído izquierdo para escuchar bien lo que le decían del otro lado de la línea.

-¿Papá? Hola... no, estoy en el hospital general, pues que sus hermanos se han lesionado y estoy acompañando a Path. No, lo siento, hoy no podremos ir... claro, hasta pronto.

Colgó el teléfono y se acercó de nuevo a Path, este levantó las cejas, preguntando quien había llamado.

-Mi padre, que quería saber si podíamos ir a comer... pero no te preocupes, ya le expliqué la situación.

Path se levantó de la silla y fue con Ed.

-Mi amor, mira, si quieres ve con tus padres, mis hermanos salen en un momento y después yo iré con ellos a casa, solo a asegurarme de que lleguen bien, nos podemos encontrar en el departamento más tarde.

-¿Seguro?

-Ajá- le sonrió amable-. No te preocupes, es solo una lesión, ve a comer con tus papás, a lo mejor querían que fueras para algo importante.

Ed suspiró-. Bueno, nos vemos más tarde, entonces.

-Vale... te amo.

-Y yo a ti- correspondió con un beso-. Hasta luego.

Ed salió del hospital dispuesto a ir a casa de sus padres lo más rápido posible, la verdad no tenía tantas ganas de ver a su hermano. Metió las manos a sus bolsillos y se encaminó a su auto.

-Ed.

Cerró los ojos, lo que le faltaba.

-¿Qué haces aquí, Dan? ¿No deberías estar en casa de nuestros padres?- preguntó con fastidio.

Dan estaba justo al lado de la puerta del hospital, con un conjunto que le quedaba bastante bien, cosa que desagradó a Ed.

-Bueno, estaba a dos cuadras de aquí y llamé a papá para saber si irías a la cena, me dijeron que estabas aquí con tu novio. ¿Cómo está?

Ed rodó los ojos-. ¿Y a ti que más te da?

-Pues, Ed, es tu novio, es normal que me preocupe por él- mencionó naturalmente.

-Pues no, no es natural que te preocupes por MI novio, ya has hecho suficiente con darle el trabajo. Ahora te pido, Dan, concéntrate en tu vida.

-Vamos a ver, hermano, solo te estoy preguntando como está tu novio, no hay necesidad de ponerse paranoico- frunció el ceño.

Suspiró, irritado-. Mi novio no es el lesionado, sino sus hermanos, ¿contento?

Dan alzó las manos en señal de defensa-. Sí, pero es que te pones en una actitud... parece que piensas que te lo quiero quitar.

Esa pequeña frase fue lo que puso a Ed mucho más paranoico de lo que ya estaba, y comenzó a maquinar ideas dentro de su cabeza mirando demasiado mal a Dan.

-Créeme, Dan, que si me enterara de que quieres hacer algo así, yo mismo te mato.

Soltó una risa irónica-. Vale, Ed, te recuerdo que tengo prometido.

-Nadie es de piedra, Dan, y si la cabeza se te pone caliente, tendrás que quitarte la calentura a pura paja, pero te aseguro que si vienes con otras intenciones para con mi novio, estás muerto.

Rodó los ojos-. Ya, Ed, tranquilízate, mira, como buenos hermanos que somos, vámonos a la casa de mamá y papá y cenamos tranquilamente con ellos, ¿eh? No creo que les guste demasiado que peleemos hoy.

Ed no tuvo otra opción más que aceptar, así que con mala cara y mal genio fue por su auto y arrancó para la casa de sus padres. Y el día aún seguía gris, y ya tenía un mal presentimiento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 13, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Punto MedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora