Capítulo 2

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Capítulo 2

Julieta.

Al final fuimos a un restaurante de comida rápida, pedimos dos pizzas y un par de cervezas. La verdad es que no tenía tantas ganas de salir. Quería comer e ir directo a la cama.

Íbamos a mi casa en mi auto mientras escuchábamos la música de la radio. Comenzó "Mayores de Becky G". Así que empecé a tararear la canción.

- A mí me gusta que me traten como dama aunque a veces se me olvide cuando estamos en la cama.-Cantaba a todo pulmón.

- Eso es verdad, toda una dama de día y de noche una fiera.-Dice Alexander, me había olvidado que el estaba aquí.-Cantas bien, por cierto.-Dice él.

- Hazme el favor de llamar al silencio.-Digo, tengo las mejillas encendidas por la vergüenza.-Es que me deje llevar por el momento.

- Por mí ni te preocupes.-Dice el, lo miro de reojo y estaba revisando su celular.

- Okey...- Espere hasta que llegara mi parte favorita - ¡ A mí me gustan mayores ¡ Esos que llaman señores de lo que te abren la puerta y te mandan flores.-Canto riendo me.

Ambos nos reíamos

- A mí me gustan más grandes y que no me quepa en la boca.-Digo en tono sexy, ya que él está a mi lado, porque no jugar un poco.

- Y la mía están grande, que no te entra en la boca.-Dice el de forma socarrona.

No puede evitar reírme como loca, si claro amigo, sigue soñando.
- Si tu pene es tan grande que me tiene loca.-Digo rodando los ojos.

- Eso ya lo sé, por eso me invitas a tu departamento.-Dice el, maldito idiota.

Parece que quiero tener sexo con él, pero no puedo. Ya cometí una vez ese error, no puedo hacerlo dos. Una vez un error, dos veces es porque quise. Llegamos a mi casa.
Y los dos bajamos del auto.

Vivo en un edificio de ocho pisos, mi departamento se encuentra en el nivel seis.

No es muy lujoso, tiene dos cuarto el principal que es mío con un balcón que da la a hermosa ciudad de Cordoba. La segunda habitación es mi cuarto de huéspedes que lo usan mis sobrinos cuando duermen aquí, el living es sin duda uno de mis lugares favoritos. Es amplio con varios muebles blancos y con accesos abiertos hacia la cocina comedor. El cual uso solo para desayunar casi siempre como afuera.

Capaz que si sea algo lujoso, pero es el estilo de vida al que estoy acostumbrada.

- Wow, sí que es lindo tu departamento.- Comento Alexander.

- Si ya lo sé.- Dije admirando mi casa.- Es mío como no va ser lindo.-Dije seria.

Él me sonrió y me miro. Ambos caminamos hasta la cocina.

- Es de familia el egocentrismo.-Afirmo.

- ¿Por qué?- Le pregunté sacando la comida y poniéndola en la mesa, para que podamos cenar.

- Porque Carlos, vos y hasta mi pequeño hijo tienen el ego hasta por arriba de las nubes. Creo que hasta Brandon tendrá el ego igual que ustedes.- Dijo riendo tomando un trozo de pizza.

Abrí la cerveza y serví para los dos.

- ¿Y que más quieres ? – Le pregunto rodando los ojos.- No es nuestra culpa ser jodidamente sexys – Digo guiñando un ojo.

Él sonríe. Mordiendo un trozo de pizza.

Una de las cosas más calientes que vi en mi vida es a Alexander comiendo. Dirán ¿Qué? ¿Cómo?

Loca, sexy y pelirroja [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora