Capitulo 28

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Capítulo 28

Julieta

No sé qué hacer, no puedo escapar estoy a kilómetros de algún lugar con gente que me pueda ayudar. Camino de un lado al otro en la pequeña habitación.

Puedo golpearlo y salir corriendo pero ¿A dónde iría? No sé en qué lugar estamos o si hay mas personas.

Siento que la puerta se abre y entra Fabián, con una bandeja de comida.

Mi panza ruge, por el olor delicioso que tiene la comida .Pero no voy a comer, capaz que eso tiene veneno o algo para sedarme o drogarme.

Miro atentamente los movimientos de Fabián. Mientras deja la bandeja cerca de la cama.

- Ven amor mío, necesitas comer y recuperar energías.- Dice de una forma dulce que me aterra y me pone los pelos de puntas.

- No quiero.- Digo cortante.

Evito mirarlo y giro mi cabeza a la izquierda, para seguir mirando por la ventana. No me doy cuenta cuando él se pone atrás mío. Tomándome por sorpresa agarra mis manos con brusquedad, me guía hasta la cama y me sienta con suavidad sobre el colchón. Acaricia mi cabeza, haciéndome sentir extraña parezco una muñeca de trapo.

- No es una pregunta amor, es una orden tú vas a comer todo para recuperar fuerzas.-Dice apretando la mandíbula, parece que le cuesta mantener el control.

Me niego a comer, el agarra con fuerza mi cara y me obliga a mirarlo.
Sus ojos verdes brillan con locura, trago en seco. Sé que si como puedo estar corriendo un riesgo de que me drogue o sede. Pero si no como, temo saber cuáles serían las consecuencias.

Mi corazón late a mil por hora. Me quedo quita mirándolo con temor, es la primera vez que no sé qué hacer.

Agarra una cucharada de ese estofado y me la mete en la boca a la fuerza.
Me obliga a tragar y masticar, debo admitir que sabía bien, el repite lo mismo hasta que se acaba el plato de comida.

Me da un vaso de agua, el cual tomo con gusto porque estoy sedienta. Siento el puré de papas atorado en mi garganta.

- ¿Quieres más agua?- Me pregunto.

No lo mire a los ojos, pero asiento con la cabeza.

-Ten.-M e llena el vaso con más agua fresca.

No sé por qué pero tomar más agua, hace que me dé más sed .Y él me da vaso tras vaso con una sonrisa escalofriante.

Siento mis ojos pesados, me cuesta mantenerlos abiertos. Siento dormida mis piernas y la garganta sea, como si no hubiera tomado nada en días.

- Dame un poco más...- Me costó horrores decir esa frase.

Veía a Fabián acariciar mi pelo me quiero alejar pero no puedo. No tengo fuerzas, siendo adormecido todo el cuerpo, me mente poco a poco se va quedando en blanco.

Él toma mis mejillas en sus manos y me mira, tengo miedo de él y de lo que pueda hacerme.

- No te daré más por ahora, buenas noches pequeña.

Como si él fuera un mago, me quede dormida .No veía nada, no escucha, no sentía.

***

Alexander

Camino de un lado a otro, mordiéndome la uña de mi dedo pulgar. No sé qué hacer, por segunda vez en mi vida siento este miedo e impotencia que pensé que nunca más volvería sentir.

Me encontraba en la sala de estar de la casa de Julieta. Junto a Ada y Carlos y los padres de Carlos. Los cuales me culpan de todo, diciendo que si su sobrina no se hubiera enredado conmigo estaría acá sana y salva. Lo único bueno de esto, es que sé que ella no se alejó de mí y no escapo de lo nuestro.

Loca, sexy y pelirroja [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora