Cuando lo das todo por una persona y acabas recogiendo tus propios pedazos del suelo. Los pedazos que se han esparcido al partirte en mil.
Cuando te has ilusionado con algo que sabes que no es real, que solo existe en tu cabeza.
Esa sensación de sentirte utilizada, de pensar que no te han valorado, que ni siquiera se han fijado en que eres de carne y hueso, sino que te han tratado como una muñeca de trapo. Pero a veces, las muñecas también sufren. Sufren cuando las utilizan, cuando después de jugar con ellas laa dejan abandonadas en un rincón de cualquier parte.
Existen muñecas de carne y huesos, con corazon en el pecho, que late y siente. Y que cuando las dejan abandonadas en un rincón mueren muy lentantamente.
Las muñecas también lloran, y siempre en silencio. Las muñecas también se ilusionan, y aman despacio y lento. A ellas también se les parte el corazón.
Pero al fin y al cabo tu piensas que solo sirven para eso ¿no? para que juegues con ellas un rato y las acabes dejando rotas y abandonadas en cualquier rincón.