Mi aguafiestas T. 2 «ford & tu»

76. "ella"

¿Cómo la podría describir? Claramente era más atractiva que yo, piel blanca, cabello rubio y de tamaño normal, enserio delgada y pechos operados ¿Creen que no sé cuando veo alguien que se empleó una cirugía? ¡Vamos! Si estudie también algo de medicina

—oh, tú debes ser amiga de Ford —dijo la rubia esa

—Esposa —gruñi acercándome a la puerta

Ford suspiro, ojalá sea una noche larga

—______, ella es Vanessa, Vanessa ella es ______ mi esposa —tome su mano educadamente para saludarla, juro que no le clave un martillo por qué escaseaba de uno

—mucho gusto —dijo hipócritamente

—quisiera decir lo mismo —susurre soltando su mano y tomando a Ford del brazo— Vamos a cenar —dije en su oído mirando como esa rubia operada de me quedaba biendo

—Oh Ford, dejaste tu teléfono en mi bolso —tomo su teléfono— fue un gusto ver desayunado contigo esta mañana, nos vemos —lo tomo del hombro y beso su mejilla

Cerre la puerta y me le quede mirando

—¿Hablamos cenando o ahora? —pregunto

—No lo sé, cielo ¿Tú qué crees? —dije sarcástica

—En la cena... —reprocho

(...)

—Ordena lo que quieras —menciono ya dentro del hermoso restaurante

—¿Enserio? Si no me lo dices ordenó solo pan —gruñi

—Odio cuanto te pones de esta manera, ya dime qué tienes

—Nada, no me pasa nada —conteste sumergiéndome en el menú

Ya no lo soporto!

—¿Qué hacías con esa 24/7? —pregunte

—¿24/7? —dijo riendo

—con esa tetas operadas, prostituta de tiempo completo, rubia con sancos ¿Continúo? —me cruce de brazos— ¿Que tienes con ella?

—Se llama Vanessa en primer lugar y solo almorzamos ¿Es algo malo? —bebio un poco

—Lo es para mí, vamos que es más alta que  yo y más delgada ¿Cómo se puede eso? —alegue

—No lo sé y no me interesa así que ¿Podemos tener una noche tranquila? —poso su mano en la barbilla como siempre que pensaba

—¿Cómo la conociste? —dije calmada

—Dice que sabe de Lee, que lo vio ayer en Oregón, donde la conocí —dijo con un brillo en los ojos— ¿Sabes lo que significa? Puedo encontrar a Stan uno de estos días —sonrio

Odiaba matar sus ilusiones pero estaría intranquila con ese palo con tetas a un lado de Ford

—Stan no está en Oregón —me miró

—¿Cómo lo sabes?

—S-Solo lo sé y-y ya —dije mirando como tomaba mi mano

—Nunca te cambiaría por ella, te lo prometo —beso mi mano

Mire sus ojos como brillaban no quiero que dejen de hacerlo por mi

—¿Dejaras que busque a Stan? —comento con ilusión

—Si —suspire

La cena fue corta, esa rubia se estaba aprovechando de Ford, de que estaba buscando a su hermano ¡Odiaba a esa tipa!