Ana Luz
Un día desde que me sentía una mierda. No comía, tampoco dormía mucho y no dejaba de pensar en sus toque, sus besos y sus horribles palabras.
— Tenés que comer — rode los ojos al escuchar a Julieta — Por favor, Lucecita.
Agarré el tenedor y lo lleve a los fideos, los enrolle y directo a mi boca.
— ¿Contenta? — me costó hablar, ya que tenía la comida en la boca.
— Los mejores fideos que vas a probar en la vida, mi querida — reímos — No, te digo en serio.
Asentí mientras comía mas.
— ¿Sabés algo de uhm... Ecko?
La morocha se encogió de hombros y negó.
— Desde que desapareció anoche, no volvi a saber de él.
Relami mis labios antes de demostrar una sonrisa de lado.
— ¿Por qué preguntas?
— Curiodad.
— Si, seguro — blanqueó los ojos y le tiré con un pedazo de pan — ¡Luz!
— Estúpida.
— ¿Me podés decir que paso entre ustedes? por qué cuándo le pregunte a Nacho casi me revolea contra el piso.
Desvíe la mirada de Julieta y no le respondí.
— ¿Luz?
— ¡Ay Julieta, nada! — resoplé.
Los labios de la morocha se abrieron pero el sonido del timbre retumbó en la casa, ambas nos miramos.
— ¿Será Ecko? — pregunté sin darme cuenta.
— Cómo estas con Ecko eh — mi mirada fulminó la suya — Voy a ver.
Asentí ligeramente y la seguí con la vista hasta que desapareció de la cocina.
Mi labio tembló al pensar que podría ser el chico, no sabía como podía llegar a reaccionar luego de todo lo sucedido.
Tapé mi cara con las manos y jadee.
— ¿Quien es, Juli?
Miré el reloj en la pared y era suficiente tarde para que alguien viniera. Me incorporé acomodándo mi ropa y caminé hasta la puerta.
Unos tres hombres de ropas negras posaban fuera de la puerta mientras que otro más, estaba dentro se la casa hablando con Julieta.
— Tenemos invitada — el señor dirigió su mirada a mí y sonrió de forma maniática — ¿Amiguita de la señorita Cazzu o putita de Dtoke?
— ¡No es nadie! — mis ojos cayeron en la morocha, que preocupada me miraba — Anda Luz, son mis amigos.
Asentí confusa.
Los tipos tenían una pinta terrible, no me traían buena vibra.
— ¡Insisto! — volvió a hablar el desconocido de unos cuarenta y pico de años — Va a venir con nosotros.
— ¿A donde vamos a ir? — la confusión salió en mi voz.
— A dar un paseito, preciosa.
ΠΠΠ
Mi culo cayó contra el piso y sacudi el polvo con asco.
Julieta posaba en mi frente con sus manos atadas y su rostro tenía una expresión de terror y furia.
No entendía el porque esos tipos nos sacaron de la casa y nos trajeron a esta mansión con muchísima seguridad, parecía algo así como una carcel pero para personas con dinero.
— ¿Quiénes son?
— Te dije que son mis amigos.
— Si claro — rode los ojos — Te tienen atada de pies a cabeza y te maltrataron, ¿que tipos de amigos son esos?
Sus labios no se movieron y bajó su cabeza.
— ¿Por qué estamos acá?
— Matías tenía razón que sobre que no dejas de cuestionar.
Mi ceño se frunció al no entender a quién se refería.
— ¿Matías, quién?
— Luz yo creo que tenés que callarte un momento — el frío en sus palabras hicieron un eco en la habitación con poca luz.
Crucé mis brazos, acurrucandome en el frío y sucio piso.
Todo lo malo tenía que sucederme a mí, secuestro tras secuestro, mentiras, miedo, ya no quería vivir esto.
— ¿Cómo vamos a salir de acá? — pregunté mirando a todas partes. Buscando una salida.
Los ojos de Cazzu parecían taladrar los míos y blanqueó estos.
— Tenemos que esperar a Ecko.
Asentí con la cabeza.
— Va a venir, por nosotras.
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CRIMINAL → Ecko
FanfictionTodos cometemos errores. Ecko sólo hacía lo que debía aunque personas saldrían perjudicadas.