CRIMINAL → Ecko

017

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Mis dedos recorrían una y otra vez el cabello rubio de la chica que yacía sobre mi pecho, sentía su respiración serena chocar contra éste también. 
El rayo de sol apuntaba hacía nosotros indicando que ya había amanecido.  Pero aún así,  seguía hipnotizado en la rubia sobre mí.

Anoche,  luego de la graciosa y divertida cena sorpresa que había preparado para ella por su cumpleaños,  terminamos en la cama. Sí, habíamos hecho el amor una y repetidas veces más.

Un leve cosquilleo sentí un poco debajo de mi vientre, reí por su acción.

— No toques mas abajo porque vas a despertar a alguien más — dije.

Luz río. Se removió,  separando nuestros cuerpo sentándose en la cama.
Toqué su espalda cuándo me la dió,  una larga cicatriz recorría desde sus costillas hasta la espalda baja. De inmediato quitó mi mano de ahí y me miró con vergüenza. 

— ¿Que pasa?  — pregunté.

— Nada. 

Se acercó a mí y beso mis labios velozmente.

— ¿Mmm… — me quejé — ya está?

— Es un beso de buenos días,  ¿que más querés?

Bufé mirando hacía otro lado.

Sus finos dedos se aferraron a mi mandíbula y la giró hacía ella. En un segundo,  ya estaba besándome con fuerza y dureza. 
Cómo pude,  la tragué a mí y la senté a horcajadas en mi falda. 
Mis manos habían capturado su pequeño pero relleno culo para poder sentirla aún  más cerca. 
Solté varios gemidos cuándo sus manos bajaron a mi entrepierna.

— Bebé — soltó en un jadeo.

— Me estás matando Luz — hablé recorriendo su cuello — Te necesitó.

— Ignacio…

Pero yo ya estaba encendido. Y no había con qué apagar el incendio. 

Las risas de Luz y Juli culminaron en toda la casa. 

— Che,  yo sentí bastante ruído en toda la noche  ¿ustedes saben algo? — habló con voz picada Cazzu.

— Le estuve dando duro,  ¿y qué?

Los ojos de Luz se abrieron mas de lo normal, dejó escapar una carcajada y seguido sus mejillas estaban rojas. 

— ¡Ahora no voy a poder sacarme la imágen de ustedes dos haciendo… —exclamó con asco la morocha — haciendo… diu que asco! 

— No hubieras preguntado — contestó mi novia.

Mordió su labio inferior cuándo me capturó mirándola.

No podía dejar de mirarla.  Se vé tan inocente,  dulce y apasionada.

— ¿Que podemos hacer hoy?

Solté una risa cuándo Julieta abrazó por los hombros a Luz. 

— Vos no te vas a quedar con nosotros — dije.

— Pero-

— ¿Por qué no?  — me desafío la rubia. 

— Amor vamos a hacer cosas de pareja — me encogí de hombros. 

— Yo tengo pareja — comentó Cazzu.

— ¿Ah sí?

La morocha asintió orgullosa hacía su amiga. 

— No me digas qué son parej-

— ¿De quién hablan? — cuestioné sin entender.

Sentía que estorbaba en su charla por no saber ni entender del tema.

— Juli estaba viéndose con un chico...

— Esperó que no sea él pajero de Ivo.

— ¡Matías dejá que terminé de hablar!  — me regaño Luz. 

Rodé los ojos para luego mirar a mi hermana. 

— Se llamá Tomás Campos — explicó con cierta alegría en su cara.

Chilló de la emoción y se abrazó con Luz,  quién también hizó lo mismo.

— ¿Y que hace?

— No lo vas a meter en esto Ecko.

— ¿Yo dije que lo quiero para esto? — cuestioné — ¿Qué, ahora no puedo conocer al pibe que tiene enamorada a mi sis? 

— Te lo va a presentar,  ¿verdad Juli? 

La morocha asintió,  habló en voz baja con mi novia y salió de la cocina. 

Por unos minutos miré a Luz. Sus pecas resaltaban en su rostro,  sus labios redondos rojos se veían irresistibles,  quería devorarlos.

— Amor — me llamó.

— ¿Sí?

— Estuve pensado en volver a casa mañana.

— ¿Qué? — mi voz salió con incredulidad.

Me sonrió desde el otro lado de la mesa,  se incorporó y caminó a mí.

— No volver a casa cómo permanente — aclaró produciéndome tranquilidad — Sinó,  ir a visitar a mi familia. Hace tiempo que no los veo. 

Asentí seguro de su desición. 

— Enrique puede llevarte y traerte — dije.

— No quiero que Enrique me llevé.  Quiero que vos lo hagas.

Largué un suspiro.

— No puedo — negué — Mañana hay una transferencia,  también tengo que ir al depósito.

— Te acompañado y después vamos.

— Ana Luz

— Ignacio Matías.

Negué repetidas veces con mi cabeza. 

No quería meterla en esta mierda,  es demasiado peligroso para ella. No podría soportar que algo le sucediese. 

— Quiero hacer esto — declaró tomando mi cara con ambas manos. 

— No.

— Por fi...

— ¡Luz no! 

— ¡De todos modos ya me metiste en todo esto cuándo se te ocurrió secuestrarme!  — exclamó con furia. 

— Se terminó acá — ordené con autoridad y corrí mi mirada hacía otro lado. 

La escuché maldecir, seguido sus pasos alejándose de la cocina. 

No iba a meterse en esto.  No iba a arruinar sus vida. 

{…}

Hiiiiii

Esperó que les guste este capítulo ♥♥🖤💜♥♥💚💜💚💜💚🖤

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Las leo pronto.