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Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, solo el amor que les tengo.

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Uraraka se sentó sobre un colchón tirado en el suelo, mientras Midoriya leía las instrucciones para armar la cama.

—¿Quieres que te ayude amor? —dijo recostándose y mirando hacia el techo, sabiendo la respuesta.

—No, está bien —respondió al tomar una bolsa con tornillos— ¿Estás cansada?

—Para nada —dijo pataleando feliz en el colchón— dicen que las mudanzas son pesadas, pero estoy bastante bien.

—Tal vez porque usaste tu quirk para ayudarte —rió— eso es trampa.

Midoriya seguía armando la cama mientras Uraraka observaba la habitación, la que compartirían. Miró hacia abajo, a su mano, dónde tenía un anillo con una reluciente piedra. Esta sería la habitación que compartirían cuándo estuvieran casados. Rió, mientras volvía a patalear en el colchón. Tocó su estómago, se hizo flotar unos cuantos centímetros, y se dejó caer sentada.

—Amor... —dijo a su pareja, observando su espalda.

—¿Si?

—¿Quieres que estrenemos el colchón? —dijo palmeando sobre este, invitándolo a acercarse. Un momento después notó como el rostro de su pareja se volvía rojo, ella rió, agarrando sus pies en su piernas cruzadas; mientras se balanceada de adelante hacia atrás— te amo —realmente adoraba cuándo se sonrojaba.

Vio como su pareja se paraba y dirigía hacia ella, sin borrar el sonrojo pero con una mirada sexy que la hacía tambalearse. Ella descruzó las piernas y las dejo estiradas frente suyo, mientras levantaba la mirada para observar como Deku se arrodillaba frente a ella. Pasando ambas piernas a los costados de las suyas. Él tomó su rostro.

—También te amo —dijo el chico, para luego besar sus labios. Ochako se dejo derretir en ellos. Lo de hacerlo no fue dicho en serio por... ¿Por qué era?, se separaron del beso por un instante para que Izuku se sacará la camiseta. A quién le importa porque era, el cuerpo de su novio era glorioso.

Este la empujó dejándola recostada, empezando a besar su cuello y deslizando su mano por debajo de su musculosa, por debajo de su corpiño. Apretujando, delineando con sus manos. Sacando suspiros de ella mientras se internaban nuevamente en el beso. Uraraka llevó su mano hasta el cabello verde y lo acercó más hacía sí. En medio del beso corrió su mirada hacia un costado, haber si se acordaba de dónde había puesto los preservativos, y lo vio. No los profilácticos, sino a Koda; y el porqué no tenían que ponerse a hacerlo.

Empujó delicadamente a Midoriya y se arregló la ropa, al ver el apuro y reacción de su novia vio hacia la puerta para observar al dulce chico al que le habían destruido la pureza. Este estaba sonrojado e incómodo a más no poder, abrazando a un cachorro.

—Lo- lo siento —dijo el tímido chico— la puerta estaba abierta y muchos muebles en la sala, quería ayudarlos con la mudanza.

En serio se habían dejado pasar muchas cosas en la calentura. Ambos se disculparon, la cabeza de Midoriya estaba por hacer un hueco en el suelo. El amigo de los animales seguía diciendo que no era necesario.

—¿Quién es este amigo? —dijo Izuku señalando al cachorro, intentado olvidar el tema. Ochako se acercó a acariciar al animal.

—Pensé que les gustaría tener a alguien más que los acompañe —Uraraka se apresuró a agarrar al cachorro, acariciando su rostro contra su suave pelaje.

—Gracias, gracias, gracias —dijo la chica, mientras el perrito, aún sin nombre, lamía su rostro.

Midoriya le señalaba las cosas con las que necesitaría ayuda, Uraraka haciendo flotar las más pesadas. Hasta que todo estuvo en su lugar. Solo quedaba una pequeña caja, Koda la levantó para que a los pocos instantes el peso la haga romperse; dejando ver demasiados objetos para los primeros auxilios. Estaba tan llena que era técnicamente una farmacia entera y en la farmacia se vendían muchas cosas, como los preservativos que Ochako no recordaba donde había guardado.

La cabeza de Midoriya resonó en el suelo nuevamente en la disculpa.

Cuenta regresivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora