A la sala de estar la rodeaba la paz. La televisión estaba en un bajo volumen mientras Felix y Jace observaban una película de Disney, callados, casi dormidos, pero intentando con todas sus fuerzas mantener sus ojitos abiertos para lograr ver el final. Jace había dicho que el sueño no podía ganarles, y Alec le había contado sobre Morfeo, el dios del sueño, su madre le había contado de él. Venía a llevarte a su fiesta, una que tu propia imaginación creaba.
A Alec le gustó la idea. Jace, por otra parte, se había hecho con su espada que usaba cuando jugaban a los piratas y aseguraba atacar al Dios Morfeo si este osaba con llevárselo a su mundo de camas flotantes y almohadas de nubes.
Effy pintaba las uñas de Izzy con precisión, concentrada completamente, mientras que la morena le relataba de la discusión que habían tenido las dos protagonistas de una caricatura, expresando lo triste que se sentía porque ella amaba a La Dulce Princesa y a Marceline.
-Son muy shippeables-contestó Effy, siendo observada por una confundida Isabelle. La chica le sonrió-. Shippeables sería como...que hacen una pareja muy bonita y te encanta que estén juntos. Digamos que algo así.
Izzy se lo pensó un momento, sus ojos se iluminaron ante el entendimiento de algo nuevo.
-¡Como Alec y Magnus!-dijo con emoción, pero no subió el tono de su voz, queriendo todos conversar la tranquilidad del momento.
Effy asintió.
-Como Magnus y Alec-concedió.
Un sonido feliz y balbuceos fueron los que distrajeron a Alec por un momento, viendo que su hermanito menor aún yacía dormido en la cuna junta a la bebita de los Bane. Eso lo dejó tranquilo, volviendo a recostar su cabeza contra el hombro de Magnus, acomodándose mejor bajo las sábanas mientras su novio aún buscaba nombres para su nueva hija.
Alec soltó un bostezo chiquito, algo que le pareció sumamente adorable a Magnus que sonrió. Ya era de noche, podía verlo por la ventana que daba hacia la calle en la residencia de los Bane. En un par de horas los Lightwood terminarían su cena y pasarían por sus hijos para dar al fin por finalizado aquel 14 de febrero.
Alec no quería irse. Y Magnus no quería que se fuera nunca.
-Creo que deberíamos llamarla Amatis-dijo Magnus, aún con el libro sobre su regazo. Era un libro de nombres para bebés que había robado de la biblioteca de su madre. Los señores Bane lo habían utilizado cuando no sabían que nombre llevaría su hija menor. Y su hermana hoy en día se llamaba Circe, un nombre que le gustaba, por lo que Magnus creyó que serviría para encontrar el nombre perfecto para su hija-. Aquí dice que significa...-procesó las palabras, como le había enseñado su profesora del colegio-...hi...hijjjj...hija.....d-de...la luna. Hij-ja de la-la luna. Hija de la Luna-Magnus asintió firmemente, satisfecho con su avance en la lectura-¿Te gusta este?-preguntó girándose hacia su novio.
Pero no fue él contestó quien le contestó.
-¿Hija de la Luna?-repitió Jace con burla pero a la vez con calma. Felix alzó una ceja, moviendo únicamente sus ojos hacia el otro rubio a su lado, esperando el momento en que Magnus se enfadara con su cuñado-¿Cómo la Luna podría tener un bebé? ¡Es...es sólo una...una bola de queso gigante!
Las mejillas de Magnus se colorearon, no de vergüenza como lo harían las de Alec, sino de molestia.
- La Luna es otro planeta, tu...-apretó los labios, buscando algo que decir-...bobo.
Jace se vio indignado por su insulto, Izzy se veía impresionada. Sus padres decían que esas palabras eran feas y no había que decirlas. Sonrió con travesura. Le encantaban las cosas nuevas y prohibidas.
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Sabor A Chocolate [Malec/AU]
FanfictionEl amor puede llegar a cualquier edad. Puedes enamorarte en la adolescencia, en la adultez, en los últimos minutos de tu vida o en los primeros. El amor de tu vida está en alguna parte del mundo. Sólo debes creer que lo encontrarás.