F.U

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Una semana había pasado.

 Mike destruido de todas las maneras posibles.

Will, roto.

—  Mike, vamos no puedes estar toda tu vida encerrado— trató de animarlo su amigo, Lucas. Pero no había caso para que el de rulos salga de la habitación la cuál se encontraba oscura, repleta de paquetes de frituras y botellas de alcohol.— Amigo, ambos sabemos que fuiste una mierda pero ya ha pasado una semana que no sabes nada de él. ¿Por que aunque sea no te disculpas por toda la mierda que le hiciste pasar?

 Mike, quien se encontraba tirado en el frío suelo, miró a su amigo y se levantó. Quizá no sea una mala opción ir a visitar al pequeño chico que tanto quería.

 Luego de unos minutos de higienización partió a la casa de los Byers donde cualquier cosa podría pasar. Desde un rechazo o una paliza de Jim.

 Tocó la puerta con sus nudillos.

 Joyce estaba allí.

  — Buenas tardes, señora. ¿Está su hijo? — hizo una sonrisa pero solo se había formado una triste.

  — Mi hijo va a matarme por esto pero está en su habitación — y entró, le agradeció a su ex suegra y subió las escaleras para dirigirse a la habitación de Will. Tocó la puerta la cuál estaba entreabierta.

 Vio a aquel chico que solía amarlo, vio como dibujaba, y también vio esa lágrima que cayó en el dibujo, quizá, arruinándolo todo.

  — Will... — la cara del castaño se cambió completamente al ver a Mike allí.— Solo quiero que me escuches, solo eso...

  — Bien.

 — Quiero pedirte perdón, espero que me disculpes, si me gustaría que supieras que después de todo acepto que me equivoqué en muchas cosas, quizás ya te hayas cansado de mí y no te culpo, pero créeme que me quitaría un gran peso decirte que ahora estoy muy arrepentido de todos mis errores.— sonaba sincero, pues, lo estaba siendo.

  — ¿Solo eso? Bien, gracias por las palabras, ya puedes irte.— dio una sonrisa tan falsa que hasta él se dio cuenta.

  — No, Will, aun hay mas.   Perdón por haberme comportado de una manera tan inmadura y tonta no solo en esta ocasión sino en muchas más. Se que siempre quise arreglar todo a último momento y siempre terminaba enfadándome contigo, también perdón por eso. Perdón por ese cumpleaños que no te regalé nada, ni siquiera te felicité...    — los ojos de Will eran un completo océano.

  —   No hace falta que sigas, Mike.— ni él sabía como hizo para hablar.

  —   Perdón por las veces que te hice creer que iba a irme y al final me quedaba. Perdón por haberte abandonado en la universidad y poner de excusa mi trabajo. Perdón por mentirte y hacerte sentir insuficiente, eres la persona que mas aprecio en el maldito mundo, quiero pedirte perdón por tantas cosas, desde el día que te hice sentir con autoestima tan bajo que no querías levantarte de la cama hasta el día de nuestra última discusión. Perdón por cada lágrima derramada y por cada grito, no lo hacía a propósito, fui un imbécil contigo.— ambos lloraban, cada uno a su manera. Mike soltando lágrimas y Will haciendo el mayor esfuerzo para que ninguna caiga. 

 Los problemas son diferentes, cada uno oculta su dolor a su manera, pero todo duele, todo.

  — Mike, te perdoné hace días, te perdoné el último día que nos vimos. Ambos deberíamos dejar el pasado atrás y cada uno hacer su vida, ¿no crees?— Y Will sabía que el mismo se estaba destruyendo al decir eso pero sufriría peor si vuelve con Mike.

  — Will... si piensas que deberíamos darnos otra oportunidad solo dilo. Prometo no volver a lastimarte. — el de rizos abrazó al pequeño para ambos romper a llorar en hombros del otro.

  — No, no podemos. Mike, ninguno merece sufrir.

 Y si, Mike lo había aceptado a lo largo de un mes, lo había aceptado. Había perdido a Will Byers, había perdido a alguien que lo amaba (y que amaba) con toda su alma.  

One Shots | bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora